El torneo de los tres magos estaba a la vuelta de la esquina, por lo que organizar la bienvenida se había vuelto una prioridad.
Se había comenzado a planear con meticulosa anticipación cada uno de sus aspectos: el banquete de bienvenida, la decoración, y el coro que les recibiría a su llegada.
Y Minerva McGonagall tenía en mente a la persona perfecta para encabezar a éste último.—
-¿Por qué le dijiste que si?- chilló Dianna dándole la espalda a su amiga mientras trataba de desenredarse los rizos frente al espejo.
-No fue sólo cosa mía.- Respondió la rubia poniéndose frente a ella.- Debió haberte escuchado aquella vez en el comedor. -Afirmó.- Además es una oportunidad estupenda para ti, ¡serás el centro de atención y podrás conseguir la pareja que quieras para el baile de navidad!- Luna se veía mucho más entusiasmada por la participación de su amiga que ella misma.
Vlach suspiró exasperada y se dejó caer a la cama con el peine aún atorado en los rizos. -Sabes que no me gusta cantar en público, me recuerda a...- Se interrumpió a sí misma como si se le hubiesen acabado las palabras.
Lovegood se recostó junto a ella en la cama. -Ya lo sé.- Dijo tomándole la mano.- Pero estoy segura de que ella estaría orgullosa de esto. Vamos, te enseñó a cantar prácticamente antes de que pudieras caminar. -Le miró seriamente.
Dianna se llevó la mano a la boca, mientras reía con amplitud.
-Imagínate: ¡Su única hija cantando en el colegio más importante de magia en el mundo para el evento más esperado en años!- Pronunció con entusiasmo.
La joven suspiró hondamente.
Su mirada se quedó perdida en el vacío por un momento.
"-Somos cantoras, mi amor, tú serás la de voz dulce y los ojos de miel.-"
recordó las palabras de su madre.-Está bien, lo haré.- Miró a Luna.
-¿No puede ser, en verdad?- Preguntó llevándose una mano a la boca mientras se incorporaba.
-Tendremos que pensar en tu atuendo para la ocasión. ¿Cómo te vamos a peinar?- Se cuestionó pensativa. -Tendré que aprender a maquillar, jamás lo he intentado.- Luna comenzó a dar vueltas por el cuarto.-Puedes ser muy persuasiva, Lovegood.- Le murmuró Vlach, incorporándose en la cama mientras sonreía al ver la emoción de su amiga.
Luna le abrazó.
-Estoy tan feliz por ti!- Exclamó, pegando su mejilla a la de su amiga, empalagosamente. -Ahora.- Dijo con determinación. -Hay que desenredarte esto.- Procedió a intentar sacar el peine del cabello de su amiga.Se hizo un momento de silencio entre ambas. Vlach conocía a Luna lo suficiente para saber que había algo rondando en su mente.
Y, como si lo hubiese invocado, ésta finalmente habló.
-Escucha, jamás te pregunté esto, pero ahora tengo curiosidad.- Inició con la voz suave. -Tú... ¿tienes fotos de ella?- Preguntó Lovegood sosteniendo el peine con la boca mientras le ponía aceite de almendras en el cabello a su amiga.
El tema de su madre había sido siempre un asunto complejo; pues, pese a sentir la fuerte influencia que había dejado sobre ella, el recuerdo era tan doloroso que hablar al respecto era aún como caminar sobre hielo delgado.
Sin embargo, Dianna había esperado que eventualmente, con el tiempo, surgieran esa clase de dudas.
Así que, suspirando, procedió a sacar una caja que estaba adentro de un cajón oculto en la base de su cama.
-Aquí. -Señaló.Soltando el peine, por un momento, la joven se acomodó en su lugar, expectante. -¿Puedo?- Luna saltaba emocionada en la cama.- No lo puedo creer, siempre había querido verla.-.
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Fix me (Severus Snape).
Hayran KurguDescendiente de un largo linaje de magos proveniente de las familias gitanas en España, Dianna Vlach creció en México con sus padres: Orión Vlach, un político, y Susanna DuPont, una aclamada actriz y artista. Años después de que su madre muriera pr...