Las mentiras lentamente se vuelven verdad o al menos antes de lo que uno cree.
Sabía que la dichosa cena, familiar, que su novio dijo que paso pero que era mentira, que solo lo había dicho con tal de acallar a Regulus, y a sus primas.
En su mente estaba seguro que la dichosa cena no ocurriría pronto, quizás en uno o dos años, pero no pensó, que al día siguiente del cumpleaños de la madre de Sirius seria la dichosa cena.
Para volver a Hogwarts aún faltaban unos días, las vacaciones de pascuas no duraban mucho, más que una semana, pero apenas habían pasado tres días, por lo que tenía cuatro días antes de volver a clases, eso descartaba la excusa de "volver a Hogwarts". Tampoco había llevado material escolar como para usarlo como excusa de "Tengo que estudiar para los exámenes". Incluso Sirius tampoco lo había llevado ya que daban por hecho de solo asistirían al cumpleaños de su madre y volverían al colegio. El autobús noctabulo también había quedado descartado ya que ninguno tenía monedas.
Al día siguiente, que todos los familiares se fueron después del desayuno, el tío soltero de Sirius se despidió con un ademan amistoso y le dijo que se verían en vacaciones de verano. Muchos se fueron sin ser emotivos con Sirius, más que con su hermano. Para cuando termino el desayuno, estaba dispuesto a irse también, pero fue detenido por el padre de Sirius.
— Pareces huir — dijo con total arrogancia—. Hónranos con tu presencia esta noche, jovencito.
Dio un largo trago de saliva ante aquello, no podía decir que no, el padre de Sirius, tan igual a su hijo, era imponente, vestido con un traje de gala, con corbata incluida.
Estaba angustiado, otra vez, se quedaría todo un día más en esa casa, donde las miradas acusadoras no pararían de verlo, aunque fueran tres. Y como si fuera poco, Sirius estaba ocupando, cada vez que quería estar con él, sus padres lo llamaban a hacer algo.
Llegada la noche, aun nervioso, angustiado, y todo un revoltijo de emociones, fue a cenar.
La mesa que estuvo días antes ocupada con tantas sillas ahora solo tenían cinco sillas, en la silla central, la punta, estaba la señora Black luciendo su cabello en un rodete y con un elegante vestido negro con encajes. A la derecha de la señora Black estaba su esposo, el padre de Sirius, con un traje de tres piezas, el saco abierto y se veía que usaba cortaba, a su lado de sentó su hijo menor, Regulus, quien vestía exactamente igual que su padre. Sirius, con un traje bastante más sueltos, se sentó a la izquierda de su madre, y el, sin más remedio, se sentó al lado de su novio.
El elfo domestico pronto hizo aparecer, con un chasquido, la comida al parecer seria de varios tiempos ya que el primer plato que apareció fue una sopa, espesa de color verde.
Solo se escuchó el sonido de las cucharas golpetear los platos, todo era silencio.
— ¿Y cuándo ibas a darnos la encantadora noticia, Sirius Orión? — intervino con una voz arrogante la señora Black, antes de darle un sorbo a la copa delante de ella, una copa que al parecer tenía agua.
— ¿Qué noticia? — pregunto Sirius con desden.
— No respondas de esa manera irrespetuosa — le reto —- Sabes perfectamente a lo que me estoy refiriendo.
— Compartimos el compartimiento del tren, desde el primer día — respondió rápidamente Severus, aunque decidió evadir la dichosa pelea que culmino con los siguientes años con la enemistad entre los Merodeadores y el.
— ¡Eres un mentiroso! — intervino el hermano de Sirius —. '¡Me dijiste que ya se habían presentado!
— Bueno, no es de tu incumbencia.
Si algo podia salir mal, saldría mal, era una ley que todos sabian, la madre de Sirius lo callo reiteradas veces, mientras al hermano menor se le dejo gritar. Sirius tambien grito en reiteradas ocaciones, ya que tan pronto pudo, el hermano menor de Sirius comenzo a insinuar sobre los orígenes de Severus.
— Y que...mestizo o no, inventa hechizos, maleficios, ¿Qué has hecho tu? — dijo Sirius con enfado —. Solo seguir una absurda pelea con James en los últimos dos años.
Era evidente que ambas opiniones, de los dos hermanos, eran distintas, al parecer el hermano menor dejaba en claro lo importante de la pureza de la sangre y Sirius, que eso era lo que menos importaba.
El segundo plato no fue suficiente para apaciguar el mal momento, era lo que parecía una pata de cordero con guarnición de verduras. Sirius comió la carne con avidez, algo por lo que su hermano le dijo que parecía un caníbal.
— Los caníbales comen carne humana — le respondió a aquel insulto Severus —. Me extraña que un sangre pura no sepa algo tan obvio.
El postre fue una crema, bastante dulce debía admitir, de color amarillo con un toque cítrico, Sirius termino la suya de una cucharada.
— Gula.
— La gula es un pecado capital, caracterizado por el exceso de comida o bebida...
— ¿Quién te crees que eres, Mestizo?
Sirius sonrió, y luego miro a sus padres, el señor Black parecía ajeno a todo, y la señora Black muy interesada.
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Magic Love
FanfictieSeverus Snape y Sirius Black, una pareja un tanto contradictoria, que nadie esperaba como tal.