Día 28: Anillo de Promesa.

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Finalmente, el último día de vacaciones de verano, y el ultimo día en Gran Bretaña había llegado.

Un día que en si esperaba ansioso al principio cuando recibió el resultado de sus exámenes E.X.T.A.S.I.S y de los exámenes para ingresar a su maestría de Pociones.

Preparo todo con antelación, se despidió de los Malfoy un día antes, argumentando que quiera llegar con tiempo de antelación a Suiza, para instalarse, aunque en verdad su traslador saldría al día siguiente. Recogió sus cosas, se despidió de Narcissa y Lucius, y este último le aseguro que lo estarían esperando ansiosamente en un año, que las puertas de la mansión Malfoy estaban abiertas, mientras, el padre de Lucius solo hizo un resoplido, como si su presencia no le gustara.

Fue a casa de Sirius, por el resto de sus cosas, encontrando una pequeña fiesta, muy acogedora, con comida muy glamorosa que, claramente, Sirius había comprado ya preparada. Estaban Lili y James, quienes lo recibieron con serpentinas, estaba Remus Lupin con una sonrisa amable, y Sirius, quien estaba debajo de una pancarta que le deseaba buen viaje.

— Enhorabuena, Snivellus — lo recibió la jocosa bienvenida de James Potter quien levanto una copa en lo alto —. Del que se esperó lo peor, termino sorprendiéndonos a todos.

— Felicidades, Sev — se adelantó Lily antes de abrazarlo —. Me alegra mucho que tomaras otro camino.

Abrazo a Lily, correspondiendo el abrazo, aunque internamente no se sentía tan a gusto, porque ciertamente de lo que le acuso hacia unos años atrás en aquella pelea frente a la entrada a la Sala Común de Gryffindor, se había vuelto verdad.

— Bueno, bueno, todos...vamos a festejar, por nuestro futuro Maestro de Pociones — intervino Sirius —. Severus Snape.

Entre vítores, aplausos, y copas que chocaban se sentaron a comer, Sirius lo sentó al frente, como el agasajado.

— Mi padre dice que entrar al instituto, en Suiza, para la Maestría es sumamente dificil, son varias pruebas...

— Dos, una teórica y una práctica, a contra reloj — le corrigió —. La teórica es sencilla, la práctica es más estimulante, se debe hacer tres pociones, de dificultad variable, en tiempos muy medidos, con un caldero estándar.

Un incómodo silencio llego a la habitación hasta que Sirius levanto una copa para brindar, otra vez.

En si la fiesta no duro mucho, Sirius lo tuvo abrazado de la cintura gran parte de ella, pero nunca corrigio el insulto de Potter.

Cuando todo se fueron, y Sirius limpio todo con una floritura de la varita, Sirius le tapo los ojos para darle una sorpresa, y lo llevo a la habitación.

— Sea lo que sea, mi respuesta es...

— Puedes quitarte la venda de los ojos — susurro.

Se la quitó, solo para verlo de rodillas, con una cajita de terciopelo rojo en las manos.

— Verus, sé que te estas yendo, lejos, y serán tres largos años, pero, quiero que sepas que aquí te estaré esperando — afirmo —. Te amo, Verus.

— Sirius yo...no sé qué decir — dijo cohibido.

— Estos anillos de promesa, simbolizaran no solo que hay algo del otro lado esperando por ti, es una promesa de que nos volveremos a encontrar, y la siguiente vez, estaremos juntos, para no separarnos jamás.

Un suave, casi silencioso acepto, corto con el silencio, y Sirius se levantó para colocarle el anillo que le correspondía en el dedo anular izquierdo para después besarlo en los labios dulcemente. 

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