Día 31: "Lo aprendí de ti"

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Sirius siempre había sido un hombre muy predecible en términos generales, era un tanto, mucho, impulsivo, hacia todo lo que quería, cuando lo quería y como lo quería. Y no era para sorprenderse, según le dijo la señora Cassiopeia, Sirius era el varón mayor y el heredero de la familia que llevaba el apellido, por lo que desde que era pequeño todo su capricho debía cumplirse.

Sirius también era caprichoso, si algo quería no iba a detenerse hasta obtener su capricho, fuera lo que fuera.

Era romántico, pero en términos muy básicos, le gustaba todo lo característico, detalles de cenas, aniversarios, flores, y todo eso. Solía ser espontaneo, ya que cuando planeaba algo eso salía mal, por lo que periferia la sencillez.

Tenía una extraña obsesión por su motocicleta, al punto de usarla cuando no debería, para distancias relativamente cortas.

También era un tanto ingenuo, ignoraba cosas Muggles muy básicas, al mismo tiempo que otras para nada evidentes las ignoraba.

Por alguna extraña razón, ajena a él, era un genio dormido. Para el estudio nunca fue bueno, odiaba sentarse a leer, pero los exámenes los hacia sin problemas, y tenía buenas calificaciones, al mismo tiempo muchos encantamientos y embrujos le salían al primer intento. Y en contraste, para ser un busca problemas, era el primero, usaba su ingenio y su inteligencia simplemente para molestar con absurda facilidad, dicho por él, porque era divertido.

Al parecer, pese a que su familia era purista, y el no, el los odiaba, y ellos a él, la familia se había distanciado enormemente cuando el cumplió dieciséis años, no obstante, sus suegros siempre lo trataron cortésmente. Sirius poseía modales, galanura, todo lo heredado de una familia de estirpe, y buen pasar económico, no obstante, él era todo lo contrario, porque demostraba ser un tanto guarro y desafiar todo lo que con lo que creció.

Curiosamente, mientras Sirius tenía muy presente sus convicciones, y no permitía puntos medios, para el tenías que ser de un bando o del otro. El formaba parte de la Orden del Fénix, y su hermano Regulus de los Mortifagos, el resto de la familia prefería estar en un territorio neutral. Para Sirius ese terreno no existía en realidad, y quien dijera ser neutral simplemente mentía, para no delatar a qué lado pertenecía.

Sirius tenia presente que tarde o temprano, quisiera o no, se enfrentaría a un conocido, un antiguo compañero, e incluso a su hermano, pese a ignorar la verdad.

Sirius también era ingenuo, nunca se preguntó porque cuando se acostaban el ocultaba la marca de su brazo izquierdo, no importaba momento, la hora, siempre busco que su brazo permaneciera oculto. No tenía el valor de decirle que era su enemigo, tampoco sabía cómo iba a reaccionar, aunque tenía pistas, Sirius despotricaba abiertamente sobre las elecciones de su hermano Regulus asegurando que seguramente, en cuanto terminara de estudiar en Hogwarts se convertiría en un mortifago, y renegaba de ello.

Y pese a todo, él amaba a ese pelinegro de cabello rizado y ojos grises, pero, ambos estaban en bandos contrarios. Y ambos apoyaban a bandos distintos, Sirius apoyaba a la Orden del Fénix y que se detuviera a Lord Voldemort, pero, contrario, él apoyaba todo lo que Voldemort estaba haciendo, ya que le estaba otorgando poder y gloria.

Porque pensándolo analíticamente ¿Dónde obtendría gloria y poder? El mundo mágico discriminaba los de Slytherin, pese a él tener una gran cantidad de aptitudes y conocimiento para hacer lo que fuera por su ambición e ingenio, pero Ser un Auror estaba prácticamente reservado para los egresados de Gryffindor ¿Un puesto en el ministerio? Los Ravenclaw tenían prácticamente asegurados cualquier puesto, y solo un Slytherin con influencias podría llegar a entrar por un puesto.

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