—Señor Blue... Señor Blue...
Me desperté con un movimiento rebelde y empapado en sudor. Dios, me había quedado dormido. Me removí y miré a la mujer que me había llamado para despertarme, luego giré la cabeza y miré a Lola, que iba sentada a mi lado y también dormía.
— ¿Señor Blue, se encuentra bien?—me preguntó la azafata que atendía aquella zona en visnes.
—Sí, sí—suspiré—. Una pesadilla.
—Siento haberle despertado—sonrió la mujer pecosa—. Pero ya vamos a aterrizar, debe ponerse el cinturón.
—Claro.
—Que ella también lo haga—la mujer señaló a Lola con la cabeza antes de marcharse pasillo adelante.
Me abroché el cinturón y luego desperté a Lola, que ronroneó de mal humor a mi lado y también lo hizo. Lola y yo éramos estudiantes de intercambio. Nos quedaba el último semestre de universidad y habíamos decidido presentarnos para las becas de intercambio. El programa de intercambio nos daba a elegir entre diez ciudades. Nueva York, Seattle, Washington, San Francisco, Denver, Chicago... Algunos estudiantes eligieron las grandes ciudades. Cuando me aceptaron decidí elegir la beca de Reno, Nevada. Reno es una ciudad pequeña pero con un elevado desarrollo comercial. Y la beca la ofrecía los Diggs, una familia dedicada a los negocios financieros y comerciales. Me aceptaron fácilmente, pero no a Lola, al parecer la familia no aceptaba nada más que a un alumno, entonces decidí no ir. Sin embargo en el último momento recibí un correo de la familia Diggs, dándonos la autorización a Lola y a mí para cursar allí los últimos seis meses de nuestras carreras. A Lola le daba igual un lugar que otro, creo que ella prefería un lugar menos cálido, aunque había aceptado por mí, eso lo sabía.
— ¿Cómo crees que será la familia Diggs?—preguntó Lola desviando la mirada de mí hacia la ventanilla.
—No sé, esperemos que bien—suspiré.
Resultaba que la familia Diggs, como mencionaba en el correo, era una familia importante de Reno y tenía miles de obras de caridad y programas de apoyo en la universidad. Ofrecían su casa como residencia para los estudiantes de intercambio y nos invitaron a quedarnos con ellos de manera cordial. Fue Lola la que me convenció de rechazar el alojo en la universidad y aceptar la propuesta de la familia de quedarnos en su casa.
—Emma, es muy agradable por teléfono—dije mientras el avión tomaba tierra.
Emma Kelly, la representante de la familia, se puso en contacto conmigo, y comenzó a darme indicaciones sobre todos los trámites. La familia Diggs se iba a hacer cargo de todos los gastos, al parecer, o eso dijo, de momento, ni Lola ni yo habíamos tenido que pagar nada desde que dejamos Texas y comenzamos el viaje.
—Pone tu nombre ahí—Lola me toco el hombro y me hizo girarme para mirarla mientras yo bajaba de la cinta trasportadora su maleta y la mía.
Mi amiga tenía veintidós años al igual que yo, su cabello rubio le llegaba a media espalda y tenía los ojos tan azules como los míos. Éramos como hermanos, nos parecíamos mucho, salvo que yo era unos centímetros mas alto que ella y tenía un cuerpo menos desarrollado, pero su pelo era del mismo tono que el mío y su tono de piel exacto al mío. La chica era perfecta, solo tenía un defecto: Estaba algo loca.
—Lola ¿Qué dices?—puse los ojos en blanco.
—Hay un hombre allí con un cartel que lleva tu nombre—me informó y yo lo miré.
— ¿Señor Blue?—el tipo, un hombre de unos cuarenta y tantos años, alto, bien parecido, fuerte, con el pelo atractivamente canoso, los ojos azules y el porte más elegante del mundo, se acercó a nosotros.
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OSCURO
Teen FictionCUANDO AIDAN CONSIGUE UNA BECA PARA ESTUDIAR EN NEVADA, NO SE IMAGINA QUE SU MUNDO ESTÁ APUNTO DE CAMBIAR CUANDO, TRAS ENTRAR EN LA CASA DE LA FAMILIA DIGGS, CONOCE AL ENIGMÁTICO Y MISTERIOS CAMERON, EL MENOR DE LA FAMILIA, UN CHICO CON UN PASADO OS...