23. PROVOCACIÓN

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—Quiero irme—le solté por segunda vez, está 24vez más serio—. Te estás pasando.

—No—negó—. Aún no.

—Cole, suéltame las manos ahora mismo—apreté la mandíbula con rabia.

—Aún no—gruñó y me agarró de un brazo—. Ven, hablemos un rato mientras esperamos.

Tiró de mí y caminamos hasta el primer escalón de las gradas, un poco más lejos del grupo. Él se sentó allí y luego tiró de mí con la intención de que me sentara sobre sus piernas.

—No—me negué.

—O abres las piernas o te tiro al suelo—amenazó—. Lo que prefieras.

Abrí las piernas, una a cada lado de las suyas, y luego tiró de mí y me senté encima de él. Cole sonrió y luego me pasó una mano por los brazos hasta mis muñecas atadas, las rozó y luego posó sus manos sobre mis caderas, sin dejar de mirarme a los ojos en ningún momento. Fue entonces cuando sentí su miembro presionando contra mi trasero.

—Oh, joder, estás empalmado—gruñí—. Eres un cerdo.

—Tú me pones así—se mordió un labio—. Es un halago, quiere decir que me pones cachondo desde hace tiempo.

—Es asqueroso.

— ¡Piensas en lo bien que lo podríamos pasar juntos!—rió—. ¿No te parezco atractivo? Yo creo que sí, recuerdo como me miraste la primera vez que me viste en el comedor.

—Yo no lo recuerdo así—afirmé—. ¿Puedo levantarme?

—No.

—Por favor—supliqué.

—No.

Aparté la mirada de él durante un momento. Suspiré un poco y luego me calmé y volví a mirarle. En sus ojos pude ver que mentía parte de ese rencor pasional y adolescente del desamor.

— ¿Por qué él?—quiso saber. Yo negué—. Venga, hablemos mientras esperamos. Solo quiero saber.

— ¿Por qué él, o por qué él y no tú?—murmuré incómodo, pese a que su pene se fue desinflando poco a poco al no verse correspondido.

—Lo que prefieras—sonrió y se echó hacia atrás, apoyando un codo sobre el escalón de arriba, pero sin apartar la otra mano de mi cintura.

—Me gusta él y no tú—suspiré—. Tú eras agradable y me caías bien, pero no de esa forma. Podíamos haber sido amigo, ahora veo esa posibilidad cada vez más lejana.

—Vaya—suspiró—. Qué sincero ¿Y por qué te gusta es tipo? Es raro, borde y antipático. Y además es mayor.

—No es tan mayor—respondí—. Y tú no sabes nada de Cam. Vosotros solo le habéis prejuzgado y criticado siempre sin saber nada de él ¿Alguno ha intentado conocerle alguna vez? No os habéis interesado por él nunca, solo por las falsedades que se contaban para aumentar el morbo. Pero es un chico bueno.

—Veo que le has conocido muy bien—sonrió—. ¿Sabes? Te pregunté dos veces sí salías con él y me lo negaste las dos veces.

—No salía con él—aclaré.

— ¿Y ahora? ¿Vas a negármelo otra vez?—rugió.

— ¿A ti qué te importa?—le espeté—. No quiero estar contigo. Debes terminar con esto de inmediato.

—Me importa por que tú me gustas, y deseo que estés conmigo y no con él—Cole se pasó la lengua por el labio superior y sonrió alegremente, luego desvió la mirada por encima de mi hombro antes de volver a mirarme—. Vamos, creo que yo podría hacértelo pasar mejor. Estoy seguro de que soy mucho más divertido.

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