Aún no había llegado el inicio de la madrugada y yo seguía despierto, tumbado en la cama junto a Cam. Fuera seguía lloviendo y yo no podía dejar de mirar la lluvia golpeando contra el cristal y de mirarlo a él, mientras pensaba en todo lo que había pasado aquella noche. Había decidido que podía estar con Cam sin esperar demasiado de él, pero no sabía hasta que punto era o no acertada esa decisión.
Llevaba un rato apoyado en un codo, mirándole fijamente. Él estaba dormido placidamente, desnudo, pero con cubierto con la colcha de la cama de cintura para abajo. Tenía una mano sobre su barriga y la otra junto a su cara, que también miraba hacia la ventana; su pecho subía y bajaba de manera tranquila y acompasada.
Yo no podía dormir, así que me limité a estudiar los dibujos de su cuerpo. Empezaban con un escrito de cinco líneas sobre la piel de la parte izquierda de su cuello. Luego había unas alas de ángel cuya punta empezaba sobre cada clavícula y se extendía sobre todo su pecho. Bajo las alas había un tribal latino, retorcido en sortijas muy pequeñas que llegaban y se acomodaban alrededor del ombligo. Debajo del ombligo estaba tatuado su nombre entrelazado con un gran atrapa sueños que se perdía por debajo de las sábanas, aunque yo sabía que llegaba hasta su empeine, donde se mezclaba con su vello púbico y delineaba perfectamente las costuras de su pelvis, haciéndole parecer aún más increíblemente sexy. En el brazo izquierdo llevaba un dragón hasta la mitad del brazo, y luego, debajo del codo el nombre de una mujer; Elizabeth. Justo donde terminaba el nombre había un diamante y el símbolo del dólar. En la cara de la mano tenía tres estrellas retorcidas de manera divertida y luego un par de anillos dibujados en sus dedos índice y corazón. No podía ver su brazo derecho, tendría que esperar para estudiarlo en otro momento, aunque estaba seguro que lo había visto al igual que su espaldad y sus muslos, pero no lo recordaba. Creo que en los únicos lugares donde no estaba tatuado eran el pene, el trasero, la cara y las plantas de los pies y las manos.
—Me estás mirando fijamente—en un susurró suspiró, ronroneó al despertarse y giró su cara para mirarme—. Es incómodo.
—No podía dormir—murmuré. No íbamos a despertar a nadie por que los dos estábamos despiertos ya, pero hablamos bajito sin saber por qué.
— ¿La tormenta?—en dos segundos miró hacia la ventana a sus espaldas y luego volvió a mirarme.
Yo sonreí débilmente perdido en sus ojos azules, que brillaban con la fuerza de dos estrellas, y asentí mintiendo de nuevo sobre aquello.
—Entiendo—susurró—. Creía que mi presencia te ayudaría a dormir.
"Esperabas que te ayudara a dormir a ti. Y lo ha hecho. Has dormido"
—Me siento más tranquilo si estás aquí, gracias—sonreí de nuevo—. No sé por que no consigo dormir.
—Bueno, no pasa nada—se puso de lado y me pasó una mano sobre la barriga, como la otra vez, pero esta vez él estaba despierto y yo también. Temblé al contacto de su piel mientras él la dejaba sobre el ombligo suavemente—. ¿Te molesta?
Negué con la cabeza, perdido en su belleza ¿Cómo podía ser tan guapo? Esperaba que de un momento a otro empezara a doler el mirarle.
— ¿Por qué me mirabas?—quiso saber.
—Miraba tu piel—hice el amago de tocarle el pecho, pero él se tensó y bufó, y yo aparté la mano y la dejé a mi costado—. Tus tatuajes. Son hermosos... Tú eres hermoso.
—No lo soy—dijo seriamente pero sin aparta la mirada de mí, parecía sorprendido por mis adulaciones—. Esto es el recuerdo de marcas que pretendo olvidar y no puedo.
—A lo mejor no tienes que olvidarlas—dije mientras recordaba los largos cortes cicatrizados de su espalda—. Las marcas de guerra no son para olvidar el pasado, si no para dejarlo atrás.
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OSCURO
Teen FictionCUANDO AIDAN CONSIGUE UNA BECA PARA ESTUDIAR EN NEVADA, NO SE IMAGINA QUE SU MUNDO ESTÁ APUNTO DE CAMBIAR CUANDO, TRAS ENTRAR EN LA CASA DE LA FAMILIA DIGGS, CONOCE AL ENIGMÁTICO Y MISTERIOS CAMERON, EL MENOR DE LA FAMILIA, UN CHICO CON UN PASADO OS...