24.

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La situación de Ashley en el casino fue extremadamente humillante, ella siempre hacía cosas para hacerme sentir mal y a mí me importaban tan poco que jamás les prestaba atención, incluso cuando las escuchaba burlarse de mi estatura o de mi poca gracia, de mi nula habilidad con los deportes, etc, siempre resaltan lo peor y yo había decidido no escucharlas, no eran más que un grupo de tontas superficiales. Esta vez, primera vez, sí me afectó, no solo porque todo el mundo lo vio, las carcajadas invadieron el lugar tan fuerte que sentí como estaba cambiando de color, como todo el mundo estaba mirándome limpiar las cosas en el piso, y a pesar que la vida y mi padre me había enseñado muy bien que yo podía con todo sola, me sentí triste porque nadie me ayudó, levanté la cabeza con dignidad y luego tiré todas las cosas a la basura, después de eso decidí buscar mis cosas, hablé con el profesor sobre mi malestar, al comienzo del año papá había autorizado que me retirara sola si era necesario, nunca podía venir por mí, así que me dejaron volver a casa. Cuando llegué a mi habitación lloré mucho, lo hice casi toda la tarde aprovechando que estaba sola y que papá no podía venir a preguntar nada. Cuando escuché la puerta entré a la ducha rápidamente y luego bajé para la cena

—¿Qué tal tu día hija? —preguntó papá, como le explicaba que me habían humillado al frente de gran parte de la escuela, me quedé en silencio y lo miré con una sonrisa, a él no le gustaba que mostrara debilidad

—Sin demasiada novedad —sonreí con un nudo en la garganta, mientras sentía que se me llenaban los ojos de lágrimas

—¿Por qué volviste a casa más temprano entonces? —preguntó, a veces me olvidaba que mi padre era un hombre del FBI, no sabía que responder, quizás mentir en este momento era una mala idea, se iba a dar cuenta de todas formas— Me llamaron del colegio para decirme que te fuiste descompuesta, que pasó?

—Eso fue hace bastante —dije con una leve sonrisa— ¿No te parece una preocupación un poco tarde? —pregunté y me miró con atención esperando que le explique lo que estaba pasando

—¿Qué pasó? —preguntó— Con sinceridad por favor, tuve un día muy largo e intenso en el trabajo —me miró con atención mientras yo empuñaba mis manos con muchísima rabia recordando lo que me pasó, puso su mano sobre la mía— Hija, puedes confiar en mí, dime lo que pasó

—Hay unas raras de mi curso que llevan un tiempo jodiéndome, son las típicas populares que se creen dueñas del lugar, la verdad es que yo jamás le he prestado atención a esas personas porque no me parecen importante —se me quebró la voz y a pesar de toda la lucha que hice para no llorar, las lágrimas se me escaparon— Entonces —me limpié rápidamente para que papá no se enojara— Bueno, hoy colapsé porque me dieron un leve empujón y me hicieron tirar toda la comida en la mitad del casino de la escuela, hicieron que todo el mundo se riera de mí, me sentí... triste y humillada —ahí sí lo miré— Esta es la primera vez que me pasa, que me siento de esta forma, sin poder controlar la situación y pensé que lo mejor era regresar a casa —papá me miró con atención y luego suspiró

—Tu eres una Espósito, los Espósito no somos cobardes —dijo mirándome, luego me limpió las lágrimas con su pulgar— Cuando tu mamá murió —eso sí me sorprendió, el trataba de no mencionar nunca a mamá, era su único "punto débil"— Yo siempre sentí una especie de "miedo" por tener que hacerme cargo solo de una chiquita sin tener nada de experiencia y uno de mis mayores miedos siempre fue este momento, cuando crecieras y comenzaras a vivir cosas que viven las mujeres y no logro entender. Yo no soy un tipo sensible, lo sabes perfectamente, soy duro, hablo fuerte, pongo reglas. Siempre te voy a enseñar a ser fuerte y a luchar todas tus batallas, acepto tu dolor de este momento, la próxima vez no lo permitas, tienes autorización para defenderte si es necesario. Nadie puede humillar a un Esposito y no llores, no quiero que le regales lágrimas a esas estupidas

Donde estásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora