Donde estás

23.

Llegué a casa y como siempre solo estaban las empleadas de papá, recibí dos mensajes de textos, uno de Nick y otro de Ashley para invitarme la misma fiesta el fin de semana, no estaba seguro si era buena idea, de lo que sí estaba seguro es que a papá le molestaría mucho si le contaba que tenía planes con mis nuevos amigos, él pensaba que yo tenía que pasar todo el día leyendo, llamé a mamá para ponerme al día con ella, le conté que estaba mucho más a gusto con todo lo de la escuela y como siempre se puso feliz por mi.

—La cena está lista señor —me djio una de las empleadas

—¿Señor? Soy un hombre muy joven como para que me digas señor, solo tienes que llamarme por mi nombre —dije con una sonrisa y me puse de pie para ir a la mesa— ¿Siempre ha sido así, no? La casa vacia

—Generalmente —respondió ella mientras me servía un poco de agua, yo podía hacerlo por mi cuenta pero al parecer acá todo era mal visto, entonces simplemente me dejaba llevar por las reglas extrañas de mi padre, la puerta se abrió en ese momento, colgó su chaqueta y dejó su maletín en el sillón

—Buenas noches a todos —dijo en voz alta— Buenas noches hijo, cómo estuvo tu día —me desordenó todo el pelo con su mano, se arremangó la camisa y tomó asiento— Que bueno que llego justo para la cena porque no doy más del cansancio, tengo muchos pacientes y estoy haciendo nuevos estudios, pronto te voy a contar de qué se trata —dijo con una sonrisa— ¿Qué tal tu día? ¿Qué hiciste hoy?

—Experimentos en el laboratorio —respondí con una sonrisa— Divertido, cada vez es más divertido, tengo nuevos amigos deportistas, por cierto, me están invitando a una fiesta para el sábado y pensé que quizás es buena idea hacer un poco de vida social considerando que sigo siendo el "nuevo" —me miró con una leve sonrisa

—Creo que no deberías perder el tiempo en esas reuniones sociales completamente inútiles, pero si necesitas hacerlo por mí está bien, solo que no puedes pasar la noche fuera y tienes un horario de regreso, 00hrs el chofer estará esperando por ti en la casa donde vayas —agregó cambiando su tono de voz— ¿Necesitas que compre preservativos? —preguntó de golpe, nunca habíamos tenido esta conversación— Hay algo que no hablé contigo, las chicas de acá... son diferentes, tiene otro tipo de cultura, son un poco más libres y no tienen tantas condiciones como en tu casa —dijo riendo— Lo que yo recomiendo como hombre, es que siempre estés preparado, la vas a pasar bien —me dio un golpe en el hombro— Eres un Lanzani, pero no te cagues la vida embarazando a chicas, menos ahora que eres menor, tienes mucho por hacer

—¿Alguna vez te planteaste la idea de hacer charlas motivacionales? —obviamente lo dije con ironía, decía un montón de cosas sin sentido, no tenía un poco de sensibilidad, pero por suerte mamá ya había tenido una charla conmigo

—No, no tengo tiempo para eso —pensó que estaba hablando en serio— Peter, lo más importante siempre es la palabra de una mujer, si ella te dice que no tiene ganas o no le parece seguir pasando al siguiente nivel entonces tienes que escucharla, siempre ellas son lo más importante, lo que podemos sentir nosotros como hombres es muy diferente, ya sabes de lo que te hablo —me quedé en silencio— ¿Eres virgen Peter? —asentí— Bueno, debiste comenzar por ahí

—¿Querías que lo dijera de la nada? —pregunté riendo

—Puedes preguntarme lo que sea —soltó una sonrisa y me miró con atención— Eres un buen chico Peter. Ok, escúchame... nosotros funcionamos diferente a ellas supongo que si pusiste atención en tu clase de biología —asentí, no era tan pelotudo tampoco— Bien, entonces cuando te sientas listo y si esa persona quiere hacerlo también, hazlo campeón —agregó

—¿Estabas enamorado de la chica con quién tuviste tu primera vez? —pregunté, se quedó en silencio y soltó una sonrisa

—Sí, muy enamorado, perdí la cabeza por ella, aunque no lo creas tengo corazón —eso si no lo creía— Y luego tuve un hijo con ella, tu mamá siempre fue la más hermosa del curso, tenía a todo el mundo detrás de ella, lástima que las cosas no resultaron porque nuestros sueños no eran los mismos. No es una condición Peter, estar enamorado, no hace falta, aunque probablemente sea más especial para ti. Pero como sabes nosotros somos diferentes, cuando tengas treinta años no te acordarás de quién fue la primera chica con la que te acostaste, las chicas si, ellas lo anotan en su diario de vida y lo comparten con sus amigas