Donde estás

3.

Entré al cuarto preoperatorio para lavarme las manos mientras estaba muy concentrado pensando en cada paso de la operación, minutos más tarde lo hizo Tincho, Brenda y Bella al final, increíblemente estaban silenciosos, todos estábamos muy metidos en lo que teníamos que hacer ahora.

—Ok —suspiré— Es un hermoso día para salvar vidas —dije poniendo algo de humor al asunto, los tres me miraron en silencio— ¿Me van a decir que ninguno de ustedes alguna vez vio Greys Anatomy? Solo por curiosidad

—Sabía que lo había escuchado en alguna parte, claro que sí —dijo Bella riendo— Claro que sí, estoy de acuerdo contigo Derek. Hermosa paciente para este lindo día —agregó

—No, la frase no es así —me quejé mientras levantaba las manos— Vamos con todo —dije con seguridad y entré al pabellón, Eugenia ya estaba lista y dispuesta para comenzar nuestra operación— Ha llegado el momento —la miré y soltó una sonrisa, me miró con detención

—Puede ser que seas la última persona que vea con vida —dijo hablando bajo y negué

—Eso no será así —agregué con seguridad y solté una sonrisa— Tu familia y todos tus amigos están contigo, no te olvides de eso, dale? —ella asintió mientras dejaba caer algunas lágrimas— Vamos a dormirte, cuando te ponga esta máscara, vas a contar hasta diez —ella me miró a los ojos, brillaban como nunca, de color verde pero un verde particular, Bella tenía razón, era una mujer hermosa— Euge —me acerqué y hablé bajo— Todo estará bien, vas a despertar y esto será una simple pesadilla —yo no acostumbra a hacer promesas a ninguno de mis pacientes, porque el cerebro era muy incierto como para ser así de atrevido, pero ella siempre fue cálida, siempre tuvo una sonrisa para mí, antes de dormir, quería que lo hiciera tranquila— Eres joven y eres una mujer fuerte

—Gracias Doctor, hazlo! —agregó con una sonrisa— Espera. Si pasa algo malo, quiero que le digas a la gente que amo que siempre fui muy feliz, a pesar de toda la vida particular que llevamos, ellos hicieron mi vida. Perdón que te diga todas estas cosas a ti, pero ellos no me dejaron despedirme —solté una leve sonrisa, estaba muy nerviosa

—Se los voy a decir Euge —respondí

—Y si... no permitas que se aferren a un vegetal, si ves que no tengo nada más que hacer acá, entonces tienes que hacerlos entender que lo mejor es dejarme ir, no quiero estar conectada a una máquina para vivir —agregó con seguridad, me estaba diciendo un montón de cosas antes que le pusiera una máquina para dormirla— Ok ahora sí, ahora estoy lista —dijo nerviosa— Gracias.

—Te veo luego —le respondí hablando bajo, entonces le puse la mascarilla comenzó a contar y cuando llegó al cinco se durmió, todos nos ubicamos en nuestras posiciones para comenzar con la intervención.

Nicolás entró al pabellón pero nunca se acercó demasiado, estaba respetando lo que dijo, nos pidió que nos hiciéramos cargo de esta operación y así fue, eramos un gran equipo, con los chicos entendíamos perfecto todo, a veces ni hacía falta hablar. El reloj marcaba las horas que llevábamos en este lugar, el tiempo pasaba volando y nosotros necesitábamos ser delicados con cada movimiento. Cuando levanté la vista vi que la galería estaba cerrada y habían dos desconocidos de negro sentados mirando con atención, no eran parte del equipo de seguridad del hospital pensé, seguro que estaban con ella.

—Succiona —dije mirando a Brenda— ¡Brenda! —levanté la voz y lo hizo— Tenemos una hemorragia, manos arriba por favor —ordené y lo hicieron, entonces la encontré y lo detuve— ¿Tincho?

—Sigue con nosotros —dijo él, suspiré en ese momento, Nicolás estaba de brazos cruzados en silencio mirando con atención, cada vez que pasaba una hora salía del quirófano y seguramente le daba un reporte a la familia