Donde estás

4.

Estábamos en una racha muy positiva como equipo en todas las misiones que nos habían propuesto durante todo el año, estuvimos haciendo cosas nunca tremendas, el equipo sólido que este lugar merecía. Lo de Eugenia fue un balde de agua fría para todos, ella era la persona racional del equipo, que la escuchaba a todos, la que siempre estaba de buen humor, entonces que nos dijera que podía pasar cualquier cosa era muy duro, sobre todo para mí que había formado un lazo muy grande con ella. Cuando nos informó sobre su equipo clínico la única persona que no hizo un solo comentario fue Cande, al resto nos pareció que eran cirujanos demasiados jóvenes, incluso le pedimos al jefe que intercediera para hacerla cambiar de opinión, aunque todos sabíamos que era imposible.

—¿Un coma inducido, por cuánto tiempo? —preguntó Vico sentado en el escritorio, me quedé en silencio y miré a Cande— obviamente era mala idea que se operara con esos doctores tan jóvenes, son amateur, como le vamos a permitir eso, le dimos el cerebro del equipo a cualquier tipo

—No digas eso —dijo Cande— yo creo en las condiciones del doctor británico, primero porque siempre que nos habla es muy seguro con lo que dice y porque Eugenia confiaba en el, porque estamos dudando de una decisión de nuestra Euge? —agregó con una leve sonrisa, ella era la positiva del equipo— fue muy claro, el coma inducido es para que el organismo de Euge no se sobreexija y tenga menos trabajo a la hora de funcionar, cuando ella recupere su energía, la van a desconectar y la vamos a tener con nosotros

—Se suponía que la aneurisma no era una operación tan complicada —dijo el chino

—¿Quién dijo eso? —pregunté— es el cerebro, todo lo que sea el cerebro es complicado, además recuerden que pedimos varias opiniones y nos dijeron que era una ubicación complicada, no sé que pensar, no tengo cabeza para trabajar —dije con la carpeta en la mano— Marce está en el hospital y dijo que nos iba a informar novedades, yo me voy a ir después de organizar todo esto ¿Hay algo nuevo sobre el terrorista?

—Nada nuevo, sigue siendo una teoría —respondió el chiino— pero estamos investigando los celulares de cada uno, hay mucho por hacer ¿Si investigamos el celular del doctor de Eugenia para saber si está haciendo bien su trabajo?

—Me parece una idea genial, violamos la privacidad de una persona inocente —dijo Cande enojada— ¿Qué les pasa? Dejen de hablar y decir estupideces, Euge se va a poner bien pronto y tu... deja de ser tan dura y mala onda, porque ellos nos están ayudando y están siendo muy pacientes con nosotros que ya estamos rompiendo un montón de reglas en ese lugar, es un hospital chicos, somos todos iguales ahí, no abusemos de nuestros privilegios porque luego se nos va a devolver —el chino y Vico la miraron y se fueron— Lali, ahora cambiando el tema rotundamente —se acercó a mi— no te parece muy hot el doctor de Eugenia, más allá de lo lindo que es... el acento

—¿Me estás hablando en serio? —pregunté sorprendida— no puede ser que me estés hablando en serio, no me da la cabeza como para pensar esas estupideces, ni siquiera lo miro, además te cuento una cosa? Es un maleducado, se salta la fila en la cafetería solo porque es doctor

—Me parece correcto, tiene que salvar vidas... porque haría una fila en el lugar donde trabaja si se puede morir un paciente? —preguntó de brazos cruzados y me hizo enojar

—¿Qué te pasa? —pregunté— te pegaste en la cabeza

—No, no me pegué en la cabeza o si? Ojalá me pegara un poco para que me atienda James Bond —bromeó— ¿Te lo imaginas de traje? Me lo imagino de traje cuando nos habla, igual no te preocupes te lo dejo a ti —la miré horrible— ¿No me vas a preguntar porque te lo dejo a ti? —negué— bueno lo voy a decir de todas formas, me gusta esa tensión que hay entre ustedes