8.

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Por fin tuve una charla civilizada con el doctor de Eugenia, ahora podía dejar de sentir algo de culpa por tratarlo mal aunque para mi, la mayor parte del tiempo tenía la razón, eso no lo podía decir públicamente o iba a quedar como una persona demasiado egocéntrica, fui sincera con él, si me parecía que era de los doctores que más se preocupaban de sus pacientes, los chicos de seguridad siempre lo decían, era el último en salir del piso y se daba vueltas extras para verificar que todo estaba bien, me parecía perfecto que fuese un doctor que no había perdido la humanidad, además todos nos sentíamos más tranquilos sabiendo que nuestra amiga estaba en buenas manos.

Nuestro jefe nos envió un mensaje a primera hora para pedirnos que fuéramos a una reunión lo antes posible, me llamó la atención la urgencia, no teníamos respuestas sobre el caso en el estábamos trabajando o por lo menos nada claro aún. Obviamente fui la primera en llegar y Cande la última.

—La razón por la que están acá es porque recibí una llamada de Washington, en la prensa han estado publicando noticias sobre los delitos de los italianos que estamos siguiendo y quieren que avancemos lo antes posible, antes que comiencen las campañas politicas —dios, siempre era lo mismo— ya saben que la seguridad del país siempre es un tema importante y les pareció que estamos trabajando con un ritmo un poco más lento

—Porque son organizaciones muy grande, no podemos ir tras un grupo de veinte personas que no tienen importancia, se van a mover de acá para ir a otro lugar —dije con seguridad— podemos meter veinte italianos presos y quedarnos tranquilos, pero el resto de la banda estará en Los Ángeles, Bostón, Texas, es una organización grande, lo sabes

—Lo sé perfectamente, pero ellos quieren algo y no hemos dado nada —respondió

—¿Desde cuando trabajamos con esa presión? —pregunté sorprendida

—Desde que nuestro flujo de trabajo ha bajado Lali, sabes perfectamente que nuestra cabeza no ha estado precisamente en el trabajo, ahora que nuestra Eugenia está en mejores condiciones, quiero pedirles que por favor retomemos nuestras obligaciones como antes...

—Yo nunca he dejado mis obligaciones, quizás tengo menos tiempo pero sigo trabajando como siempre, no me parece justo que vayan tras nosotros cuando saben que no podemos apurar los procesos porque arruinaríamos todo, me sorprende que hagamos una reunión para hablar sobre esto, pero está bien, tu trabajo como el líder de este lugar siempre es decir que si, vamos a darles lo que quieren, esos veinte italianos que tenemos, pero no nos haremos cargo del problema que se nos puede hacer —respondí muy molesta, no solo estaban apurando uno de nuestros casos, también nos estaban acusando de no trabajar por Eugenia

—Lali, no te lo tomes así, sabes perfectamente lo que quiero decir —dijo preocupado, el resto de los chicos estaba en silencio

—Es injusto, Lali tiene razón —dijo Vico— pero entiendo que somos un buen equipo y siempre tenemos un tiempo estimado para ellos, vamos a trabajar duro para conseguir lo que quieren —me hizo una cara para que no siguiera reclamando y el chino soltó una leve sonrisa

—¿Preguntaron por la salud de Euge? —dijo Cande

—Claro, están siguiendo muy de cerca todo lo que pase con ella. Esta semana vamos a bajar un poco su seguridad en el hospital porque Marce me pidió que lo hiciéramos, Euge no se siente cómoda con tantas personas vigilando su habitación —dijo con una leve sonrisa— estuve hablando con ella, la veo bien, es un alivio —me miró— deja de hacerme mala cara por favor. Sé que eres la persona mas profesional de este lugar, no estoy denunciando que trabajes mal, no te lo tomes así

—Te perdono —dije sonriendo y todos se rieron algo aliviados

A mi me gustaba dejar claras las cosas cuando se trataba de las presiones en el trabajo, nosotros no podíamos apresurarnos porque podríamos terminar con el trabajo realizado por meses, tuvimos una reunión con el resto de los chicos que nos estaban ayudando en este caso para avanzar cuanto antes con el resto de la red y nos quedamos revisando los últimos movimientos que teníamos de ellos. Cuando me di cuenta que todos estaban saliendo a comer, decidí usar mi hora de colación para visitar a Euge, quería saber cómo iba su primer día de kinesiología, me llamó la atención lo mucho que me hicieron esperar en la sala de siempre.

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