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El accidente que tuve camino a una misión me dejó en blanco por completo, parecía que mi mente estaba vacía, se llevó todo, lo único que me quedó era una horrible presión en el pecho que apenas me dejaba respirar. A los pocos días me di cuenta que papá y yo no teníamos conexión alguna, cada pregunta que le hice sobre las dudas de mi vida, él no tenía idea, también me di cuenta que durante este tiempo me había dedicado tanto al trabajo que no tenía una amiga o una historia interesante por contar, solo compañeros de trabajo que se pusieron muy tristes por lo que me pasó.

—Mariana, ¿entonces no recuerdas nada de lo que te pasó? —preguntó la terapeuta del trabajo, necesitaba su aprobación para regresar a mis labores

—Absolutamente nada, en realidad estoy... un poco en blanco, solo tengo imágenes de mi casa o... me recuerdo mirando la nieve, pero nada más —suspiré— Es como si me hubiese olvidado de todo, igual el doctor me dijo que es parte del shock traumático, que es muy posible que a medida que pase el tiempo me van ir cayendo los recuerdos, yo creo que también lo dice para que yo no me desespere

—¿Cómo te sientes con respecto a eso? —preguntó— Digo, ¿tú sabes a qué te dedicas? —asentí— Ok, recuerdas cómo funciona tu trabajo

—Más o menos —respondí con una leve sonrisa, me daba vergüenza decir que en realidad muy poco— Creo que necesito adaptarme de nuevo, como todo el mundo dice —ella me miró con una leve sonrisa— Estoy tomando estos medicamentos —dejé la receta en el mesón— Algunos son para dormir, por la noche me cuesta, necesito regresar a trabajar, porque yo vivía sola y no me siento cómoda viviendo con mi papá

—¿Por? —preguntó

—Porque estas semanas me di cuenta que no tenemos buena onda, que no me conoce nada, le hice un par de preguntas sobre mi vida y me dijo que yo era misteriosa, que no le compartía demasiado mis cosas, no lo sé —dije con una leve sonrisa— Me di cuenta que no somos muy amigos, no tenemos nada que hablar, cuando estoy con él hay incomodidad

—Entiendo que tengas que volver a trabajar, por el dinero y todo eso, estás recibiendo tu dinero por baja de salud, ¿no? —preguntó y asentí— Ok, no puedo darte el alta si no siento que estés preparada y a mi parecer no lo estas, pero tampoco quiero que te quedes en casas sufriendo porque no puedes hacer nada. Ahora quiero hacerte una pregunta, pero quiero que seas sincera conmigo —la miré con atención— ¿Te sientes perdida? —preguntó

—A veces —respondí

—¿Angustia? —preguntó

—Sí, generalmente sí —respondí con sinceridad— Estar en casa... es más difícil para mí, necesito poner la mente en otra parte, porque a veces siento que en mi cabeza no hay nada y eso me desespera —suspiré

—¿Crees que salir de tu casa sería útil para ti? —preguntó

—Muy —respondí con seguridad

—Ok, lo voy a tener en cuenta, pero quiero que sepas que no vas a las misiones a la calle como si nada, lo primero es un proceso de adaptación, donde tus compañeros te ayudaran y cuando ellos sientan que estás lista, vas a poder hacer tu vida normal —solté una sonrisa y celebré

Nos dimos un abrazo y después de esa terapia tomé un taxi hacia el Central Park, quería caminar un poco, me senté en una de las bancas, había un sol que calentaba un poco pero no lo suficiente como para abandonar mi chaqueta, miré a todos con atención y cuando me aburrí regresé a casa, cené con mi papá que lo único que hizo fue preguntarme cómo estuvo la terapia y nada más, después fui hasta mi habitación, busqué entre mis cosas algo que me pudiera servir para armar un poco de mi historia. Al día siguiente me desperté temprano, le pedí que me llevara al cementerio, visité a mamá y a ella le pedí que me diera una mano en todo esto, porque me sentía muy débil.

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⏰ Última actualización: 16 hours ago ⏰

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