26.

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Peter y yo habíamos dado un paso mayor de confianza y no solo eso, habíamos marcado la vida del otro, porque pasara lo que pasara, siempre íbamos a recordar a la persona con quién hicimos esto por primera vez. Cuando estaba con él me sentía especial, por lo mismo, los viernes en la tarde se transformaron en mis momentos favoritos, éramos solamente los dos compartiendo un panorama que le gustara al otro, hablando sobre nuestra vida, riéndonos de la gente que pasaba por el Central Park, inventando historias de desconocidos, esas horas se pasaban volando y yo las guardaba conmigo durante toda la semana mientras esperaba que fuese viernes nuevamente. Desde ahora era diferente, habíamos cruzado un límite de confianza distinto, nos habíamos visto desnudos, nos conocimos de otra manera y a mí gustó mucho más que antes, no solo por todo lo que vivimos en ese momento, también por cómo se preocupó de mí a todo momento, en la confianza sentí a su lado, quizás para todos era una estupidez, pero yo me sentí linda y nunca me había pasado. Por supuesto que yo continué con mi plan de protegerlo de todo mal (los chicos populares de este colegio) Yo sabía que si hablábamos demasiado le harían daño y probablemente serían mucho más duros que conmigo.

—Hola —me encontró en mi pasillo de siempre, ahora lo usaba porque sabía que en algún momento del día me iba a encontrar, soltó una sonrisa y se sentó a mi lado— Están todos mirando a los gorilas jugar —también estaba usando mi lenguaje— Lo mejor que toda la escuela este con la atención allá es que tenemos un momento para nosotros —dijo mirando hacia todos lados, se acercó a besarme, lo hizo y luego me alejé— Nadie nos está mirando

—Ya sé pero no lo hagas acá —solté una sonrisa— Por favor, si nos ve alguien te mato

—¿Que importa si nos ve alguien? —preguntó

—Hoy piensas que estoy loca pero es un acto de amor havia ti —lo miré con atención y se quedó en silencio, luego soltó una sonrisa

—¿Dijiste amor? —preguntó con una sonrisa y asentí, cerré el libro y miré hacia todos lados, efectivamente estábamos solos en el lugar— ¿Podemos hablar un poco más de eso, cómo es? ¿Es lo mismo que yo siento cuando te miro? —dijo hablando bajito

—Yo... siempre he sido muy sincera contigo Peter, capaz este no es el mejor lugar para conversar ¿Podemos hacerlo después? —pregunté con una sonrisa, entrelazó su mano con la mía delicadamente y me dio un beso

—Estoy completamente seguro que no tienes idea lo hermosa que eres Lali Espósito —cuando dijo eso me miró a los ojos— Eres la mujer más linda que he conocido, te juro por mi madre que no exagero —me acarició delicadamente— Yo sé que en algún momento te vas a ver de la forma en la que yo lo hago —negué con una sonrisa— Te juro que sí, será mi mayor desafío en este lugar

—Tu me pareces demasiado bueno para ser verdad —dije hablando bajo— ¿Estás siendo sincero conmigo, no? No quiero dar lastima ni mucho menos, pero yo pocas veces tuve amigos en este lugar y... jamás se me pasó por la cabeza abrir mi corazón con alguien como lo estoy haciendo ahora, lo único que te pido es que siempre seas sincero conmigo

—Cuenta con eso, te lo prometo —respondió, me dio un beso en la frente y se puso de pie— Lo único que quiero es que sea viernes, ¿ya sabes donde quieres ir? —preguntó

—Lo voy a pensar —respondí con una sonrisa

Finalmente decidí ir a patinar al Central aprovechando que estábamos en temporada, Peter era muy malo y tuve que ayudarlo muchas veces para que no le pasara nada, después de un rato decidimos arrendar el pingüino que usaban los niños para que no se rompiera nada, pero él no se hacía problema con nada, disfrutaba todo como si fuese un niño de cinco años. Después de eso caminamos abrazados muertos de fríos hasta una cafetería que estaba cerca del lugar.

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