Donde estás

29.

Lali y yo comenzamos a tener una relación "clandestina" épica, muy romántica, digna de libros de romance adolescente, yo comenzaba mi día feliz si ella me miraba con una sonrisa y era porque estaba completamente rendido a sus pies. El comentario sobre que estaba en su mejor momento era cada vez más común, pero ella ni siquiera los miraba, no le prestaba atención a nada de eso, simplemente se dedicaba a estudiar, leer y darme tiempo a mí cada vez que podía y por lo mismo, me sentía el hombre más afortunado del mundo, nos propusimos disfrutar de este último con todo, teníamos un calendario donde anotábamos todas las cosas que queríamos hacer, los jueves la acompañaba a una piscina que quedaba lejos de nuestro colegio para que se pudiera liberar. Cuando la notaba triste, sabía que no iba a obtener muchos detalles, pero siempre significaba una pelea con su padre o algún comentario feo que le hizo, yo sentía rabia e impotencia de no poder enfrentarlo y decirle que además de arruinar su presente, le estaba arruinando su futuro, pero era una mente brillante y yo había investigado lo necesario como para saber que él como funcionario público, tenía grandes opciones para que su hija fuese a la universidad, yo no tocaba ese tema, estaba prohibido, Lali no lo quería escuchar y por lo mismo no lo hacía.

—¿Tu papá trabaja hasta muy tarde hoy? —preguntó Lali sentada en el sillón

—No tiene horarios, pero me dijo que no lo espere a cenar así que supongo que sí —dijo con una sonrisa— Ahora que fui de vacaciones a Londres, mamá me preguntaba qué hacíamos en los tiempos libres y tuve que inventar que íbamos a jugar golf, no tiene idea que estoy solo todo el tiempo, le dije que tengo amigos y una amiga favorita —me miró con una sonrisa— Para el próximo viaje, vienes conmigo —se quedó en silencio

—Mi plan es que una vez que salga de esta ciudad, nunca más regresar a esa casa. Quiero ser libre de una vez, no tener nada que ver con él y con todas sus reglas, a veces se comporta como padre y dice cosas lindas, hasta parece que está preocupado por mí y luego dice un montón de mierda —suspiró, se veía cansada

—¿Por qué no te vienes conmigo? —preguntó

—Porque... no sabes lo que mi papá es capaz de hacer si yo salgo de esa casa —movió la cabeza, en ese momento entró Ed y me entregó un sobre, era de Harvard, entonces se lo mostré— Dos, ábrelo mi amor! —dijo emocionada

—Pensé que sería un poco más cercano a la fecha —dije con una leve sonrisa

—Tampoco queda tanto —le miró sorprendida, me senté a su lado— ¿Qué dice?

Estimado Peter Lanzani

Por medio de la presente carta, nos permitimos informarle que su solicitud para ser parte de nuestra facultad de medicina ha sido ACEPTADA. Pronto recibirás detalles y condiciones de la vinculación para proceder con tu matrícula.

Escuela de Medicina, Harvard University. Boston, Massachusetts.

—Felicitaciones mi amor —me dijo emocionada y me abrazó— Te lo mereces —no quería ir, fue lo primero que se me vino a la cabeza, no quería estar lejos de ella, aunque fuesen dos horas en avión, ocho en auto, con mis horarios en ese lugar sería imposible todo— Estoy muy orgullosa de ti, vas a ser un gran neurocirujano que salva vidas de las personas y todos quienes sean tus pacientes serán afortunados ¿Estás feliz? —la miré a los ojos mientras se me hizo un nudo en la garganta, teníamos la confianza necesaria como para ser sinceros

—No —respondí— No quiero irme, no quiero estar lejos de ti —entonces a ella se le borró la sonrisa inmediatamente y me abrazó sin decir nada, eso significaba que ambos sentíamos lo mismo— Se supone que no tiene que ser tan difícil, somos chicos buenos, nos merecemos ser felices

—Tienes un futuro prometedor —dijo con una sonrisa— Disfruta esto, no te pongas así

—No se puede tener todo siempre —dijo con la voz quebrada— A mí también me da mucha pena separarnos así, que sea de esta forma tan triste después de todo lo que hemos vivido, pero sé que... en un futuro, quizás podemos... no sé con algo de madurez