13.

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Obviamente para cualquier claustrofóbico pasar más de cinco minutos en el baúl de un auto era el fin del mundo, ni yo entendía como resistí más de treinta minutos en ese lugar. Lali llegó en el momento justo cuando yo estaba completamente desesperado, no podía sentirme más avergonzado por la situación, aunque ella había prometido no compartir la situación con nadie, de todas formas, sentía vergüenza. Llegué a primera hora donde mi terapeuta, se sorprendió al verme.

—Sabes que si te das el alta por tu cuenta jamás vas a terminar de avanzar, ¿no? —dijo con una leve sonrisa cuando me ubiqué— Yo entiendo que tienes mucho trabajo, pero te tienes que hacer un lugar, se trata de tu salud mental, solo vienes acá cuando estás muy mal

—Si me regañas de esa forma, no voy a volver más —dije sonriendo— Ya sé que está mal, pero no tenía opción, tenía demasiado trabajo y tuve que hacer una pausa, pero ahora necesito liberar un poco de carga —me miró con atención— ¿Empezamos por lo laboral?

—Cuéntame todo lo que quieras, yo te escucho —dijo mirándome

—Ok, laboralmente estoy creciendo mucho todos los días, eso me tiene muy emocionado porque significa que estoy cumpliendo las metas que siempre soñé. Yo siempre quise venir a estar lugar y cumplir, lo tenía pendiente y aunque ha sido difícil, lo estoy logrando, todos los días tengo nuevos desafíos, nuevas responsabilidades, he perdido pacientes que me marcaron, pero siempre que me siento orgulloso o creo estar avanzando mucho, aparece mi papá y me da un golpe de realidad —dije riendo

—¿Sigue siendo muy duro? —preguntó

—Sí, sigue siendo duro pero es su forma, el nunca va a cambiar, nunca va a dejar de ser ese tipo extremadamente fuerte que quiere que sea el mejor, yo sé que es su responsabilidad todos los problemas que tengo en la cabeza, porque toda la vida me exigí demasiado solo para darle en el gusto, nunca pude cortar esa presión, ni siquiera cuando mi mamá trató de hacerme entender que no era necesario, yo siempre siento que tengo que callarlo, que tengo que hacerle entender que le doble la mano, pero siempre que me siento poderoso y fuerte, el me aplasta como si fuese un mosca —dije triste—. La última vez que lo vi, me trató de ingenuo y me dolió

—¿Se lo dijiste? —preguntó

—A él no le importa, piensa que mostrar sensibilidad es ser débil, yo lo vi así por muchos años, hasta que mi mamá me ayudó. Me siento atascado emocionalmente —dije mientras se me caían las lágrimas— Me siento vacío, por las noches me siento muy vacío, como si me hubiesen arrancado algo para siempre y... —me quedé en silencio

—¿Lloras por las noches? —preguntó

—Mucho —respondí con sinceridad

—¿Sabes la razón?

—No —respondí— Y eso me desespera

—A veces tenemos que dejar ir cosas que nos hacen daño, tu no tienes nada que demostrarle a nadie, eres una persona joven, exitosa, con un buen presente, tienes que pensar en ti. De tu boca acaba de salir que tu papá siempre será la misma persona. ¿Qué quieres demostrarle? —pregunté

—Que puedo, que no soy un inútil hijito de mamá, que si puedo ser un cirujano con sentimientos y hacer cambios importantes —dije limpiándome las lágrimas— Es una de las razones por la que estoy acá

—Peter, cuando te sientas preparado para soltar eso, avanzarás tanto y serás libre —dijo mientras me miraba con atención— Serás libre y podrás disfrutar de tu profesión como se debe. Tu te graduaste un año antes, eso lo hacen solo los alumnos brillantes, pero nunca lo pudiste disfrutar como se debe porque siempre has buscado impresionar a tu papá —tenía sentido— Háblame ahora de las cosas buenas.

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