Donde estás

27.

Hablé con mi vecina que era la única mujer grande que conocía para que me acompañara al ginecólogo, sentí un poco de vergüenza pero era algo de lo que tenía que hacerme cargo, respetaba mucho mi cuerpo como para hacerme la loca, yo si sentía cambios evidentes que probablemente mi padre como hombre jamás se iba a dar cuenta.

—Buenas noches —entró papá y colgó su abrigo— Perdón lo tarde, ¿ya cenaste? —la bajé el volumen a la televisión y asentí, entró directo a la cocina y sacó su plato del horno— ¿Qué tal el regreso a la escuela?

—Normal —respondí suspirando— ¿Tu?

—Estoy tras unos mafiosos que se están moviendo por todo el país, pero para que te voy a dar detalles. Este es un mundo increíble Mariana, es como si estuvieses jugando un videojuego con misiones todos los días, te vas a divertir muchísimo, además estoy completamente seguro que serás la más inteligente de la clase —no lo dudaba, pero ni siquiera lo respondí— ¿Qué hiciste tú? —preguntó

—Estudié, rendí, leí —miré el televisor y luego me puse de pie para ir a la mesa con él— ¿Podemos hablar? —pregunté, no tenía sentido que me hiciera la loca, cuando viera el resumen del seguro de salud se iba a dar cuenta donde fui— Tuve que pedirle a Ruth que me acompañara al médico hoy —cambió su expresión inmediatamente— Necesitaba que me viera un ginecólogo

—¿Pasó algo? —preguntó preocupado

—No, las mujeres tienen que ir al ginecólogo, es algo normal —respondí— Quizá deberías leer algún libro de "soy padre soltero de una mujer" no sé si existen, pero seguro hay artículos, ¿quieres que los busque para ti? —negó y se limpió la boca con una servilleta— Todo está bien, pero tengo que comprar pastillas anticonceptivas

—¿Eso qué significa? ¿Te estás viendo con alguien? —cambió el tono de voz, ahora parecía molesto, quizás no debí mencionar esa parte, pero en realidad tampoco tenía sentido, no podía ocultarlo

—Significa que las necesito no solo porque soy una mujer que se está desarrollando, también porque puedo conocer a personas y... ¿Tengo que hablar esto contigo? —suspiré un poco complicada y apuntó la silla que estaba su lado— No quiero hablar esto contigo, ya lo hablé con Ruth, fue suficiente, tu tienes muchas cosas y eres hombre, no es cómodo

—No me voy a entrometer en tu vida —dios qué novedad, dijo relajado— Lo único que quiero que sepas es que en esta casa hay reglas que no puedes romper, no puedes traer a nadie acá, no te puedes embarazar porque tu futuro está en juego, tu eres una mujer muy joven y muy inteligente, no dejes que cualquier estupido te llene la cabeza ¿Estás de novia? —negué— No voy a meterme en este asunto, voy a respetar tu espacio como hago siempre —en realidad siempre estaba sola— Si te hace daño, lo voy a matar —solté una sonrisa— ¿De que te ríes?

—Que es una frase que cualquier padre normal diría, pero contigo puede ser literal —dije suspirando

—Estoy hablando de forma literal —dijo molesto— ¿No eres más una niñita, no? —negué— Ok. Yo me ocuparé de darte el dinero que necesites para que hagas tu compra mensual. Mariana, gracias por ser sincera conmigo ¿Estás bien? —preguntó y asentí— ¿Es una persona que te respeta? —preguntó y me quedé en silencio— ¿Es hombre? —dios, no podía creer que mi papá me preguntara una estupidez de ese nivel, estábamos hablando de pastillas

—¿Cómo hiciste para pasar de curso? —pregunté

—Perdón, estoy nervioso. No pensé que este día iba a llegar, claro claro... dios, bueno. Cuando tu mamá se enfermó, siempre le prometí que iba a cuidar de ti con las herramientas que tuviera, si he sido duro contigo, siempre ha sido porque quiero lo mejor para ti —agregó con toda la seguridad del mundo