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La'tari había llegado al clan con una presencia inconfundible, acompañada por dos Na'vi que parecían sus escoltas. Su andar era decidido, y cuando se encontró frente a Jake, no dudó en expresar su tormento con un llanto desgarrador. Su voz se elevó en una mezcla de dolor y reproche mientras clamaba por el hijo que había perdido, un hijo no nacido que, según ella, compartía un vínculo con Neteyam. La revelación dejó a todos en un desconcierto palpable, y una ola de murmullos recorrió el círculo de espectadores que se arremolinaba alrededor, sorprendidos por la afirmación de aquella joven.
Jake permaneció firme ante la agitación de La'tari, pero no podía ignorar la gravedad de sus palabras. Tras un silencio tenso, lanzó una pregunta que resonó en medio del caos que la revelación había traído consigo:
—¿Por qué no llegaste antes entonces? —preguntó, manteniendo su tono inamovible, mientras sus ojos indagaban con frialdad.
La'tari alzó la cabeza con los ojos anegados de lágrimas, y su voz tembló al responder:
—Él me prometió que volvería. Pero nunca lo hizo.
Fue en ese momento cuando Neteyam llegó junto a T/n, ambos completamente ajenos a la situación que ocurría a su alrededor. Pero la sola presencia de aquella Na'vi para Neteyam no eran buenas noticias, miró a su familia, quienes lo observaban con incredulidad y conmoción. Su madre llevaba una mano a su pecho, y sus ojos reflejaban desconcierto. Los susurros a su alrededor parecían crecer, y los ojos de T/n se fijaron en él con confusión.
Jake, consciente de la gravedad del momento, alzó una mano para calmar a la multitud, y con su voz cortó la tensión en el aire:
—Esto se hablará en privado.
Jake le indicó a Neteyam con la mirada que lo siguiera. Sin perder un segundo, se dio la vuelta, guiando a La'tari y a sus acompañantes hacia un lugar más privado, lejos de las miradas ansiosas del clan, decidido a esclarecer lo ocurrido sin el peso de la expectación de todos.
Neteyam, sin embargo, se detuvo un instante. Volvió la vista hacia T/n, y con el corazón en la garganta, se acercó a ella, tomando sus manos entre las suyas y susurrándole con voz entrecortada:
—Voy a hablar contigo lo antes posible. Nada es lo que parece, te lo prometo.
Le dejó un beso en la frente, buscando transmitirle toda la sinceridad y la calma que pudiera reunir, y con un último vistazo, se separó para seguir a su padre, mientras T/n lo observaba alejarse.
Todos los miembros del clan comenzaban a dispersarse entre murmullos y miradas curiosas, T/n permaneció inmóvil, intentando asimilar lo que acababa de presenciar. Los rostros de quienes la rodeaban reflejaban incomodidad y duda, y entre todas esas miradas, las de las hermanas de Neteyam destacaban. Kiri y Tuk, acompañadas de Lo'ak, se acercaron a ella, con expresiones serias y rostros tensos. T/n no tardó en preguntar, tratando de entender el escándalo que acababa de ocurrir.
