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Para muchos de nosotros, podemos considerar que al fin Pandora se había convertido en un lugar libre, ya que los humanos optaron por regresar a la Tierra al ver que nunca lograrían nada en un planeta tan hostil. ¿Pero que sucedió con las personas que quedaron?, algunos de ellos habían llegado hace unos cuantos meses, pero tuvieron la mala suerte de ser abandonados por los suyos, teniendo que sobrevivir a los feroces ataques de los Na'vi. Entre esas personas se encontraba T/n, había llegado a Pandora con apenas 18 años, tenia la esperanza de cambiar su triste vida en la Tierra, quería ver algo más que tecnología y contaminación, ya que desde niña observaba con ensueño las pantallas donde se proyectaban hermosos bosques con una fauna mega diversa, pero al ver esa última nave salir de Pandora, había perdido todas sus esperanzas de volver a ver el sol salir nuevamente. Amaba todas las cosas hermosas que aquel planeta desconocido le ofrecía, pero también quería seguir viva, aunque sea por unos meses más.
—. Aquí vamos
La chica, envuelta en la paleta de colores terrosos de su ropa de caza, emerge con sigilo de su refugio donde los pocos humanos que habia, estaban escondidos. Su rostro estaba marcado por la determinación, y su mirada centellea con la aguda atención de un cazador. Con arco en mano y una mirada enfocada, se aventura hacia la frondosidad de la naturaleza salvaje.
Mientras ella se desliza entre las sombras del bosque, su atención se dirige a las maravillas que crecen bajo la densa vegetación de Pandora. Cada paso la acercaba a un mundo de exuberancia botánica, y sus ojos brillan con fascinación al ver las plantas únicas que adornan el suelo y se alzan hacia el cielo bioluminiscente. Nunca se cansaría de ver estas maravillas apesar de haber pasado 3 años en aquel planeta.
Se detiene ocasionalmente, absorta en la belleza de las hojas luminiscentes y las flores que parecen pintadas con los tonos más vibrantes. Su toque delicado acaricia los pétalos, mientras su mirada se pierde en la sinfonía de colores y formas que la naturaleza despliega ante ella.
El sonido de las ramas moverse llama su atención, eleva su arco hasta su pecho y comienza a observar por diferentes lados, no podía bajar la guardia y menos estando ahí. Mira hacia arriba y a lo lejos ve caer una de las muchas semillas del árbol de las almas.
—. Atokirina... —. Con paciencia, deja que una de las semillas se pose en la punta de su flecha—. ¿Qué te traerá por aquí? —. Pregunta al bajar su arco y ver como la pequeña semilla se aleja, al observar el cielo pudo notar como faltaban un par de horas para el eclipse, así que tenía que apresurarse si quería llegar viva al refugio.
Rato después, regresa triunfante, cargando con gracia los frutos de su caza. A medida que emerge de la espesura del bosque, es recibida por una de sus amigas con una sonrisa radiante.
