☆━━━━━━☆ Las palabras escritas de esta forma, la protagonista no las entenderá, porque Neteyam le esta hablando en su idioma nativo. ☆━━━━━━☆
𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 7
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El miedo se apoderó de cada fibra de su ser, comenzando con un escalofrío que recorrió su columna vertebral y se extendió hacia sus extremidades. Su corazón latía tan rápido que parecía que iba a estallar. Sus manos empezaron a temblar incontrolablemente, y un sudor frío perlado cubrió su frente. Ella retrocedió lentamente, cada paso más vacilante que el anterior, hasta que su espalda chocó contra el tronco rugoso de un gran árbol. El aire se volvió denso a su alrededor, y sus ojos se abrieron con pánico al darse cuenta de que no había escapatoria a la vista. El Na'vi descendió de su ikran con una gracia felina y se acercó al viperlobo que yacía herido y chillando aún de dolor.
Con un movimiento seguro, Neteyam le dio un final rápido al animal, murmurando en voz baja unas palabras para que el espíritu del viperlobo descansara en paz y fuera junto a Eywa. El último chillido del animal hizo que T/n pegara un salto, el sonido reverberando en sus oídos solo aumento su miedo.
Neteyam la observó con una sonrisa suave, sus ojos reflejaban alivio al ver que la chica estaba bien. El Omaticaya se fue acercando a la joven, pero cada paso que daba parecía aumentar el temblor en el cuerpo de T/n. En su mente rondaban pensamientos aterradores. ¿La había buscado para acabar con su vida?
—Yawne, soy yo, Neteyam —dijo en un intento por calmarlaz—. No te haré daño.
¿Qué no le hará daño?, Literalmente la destrozo emocionalmente, mató a todos sus conocidos cuyos cuerpos yacían inertes frente a ella. ¿Cómo podía perdonar algo como eso?.
El Omaticaya la cargo entre sus grandes brazos mientras se frotaba en el pecho de la joven.
—¿Sucede algo sevin?, estas temblando mucho —T/n parecía una muñeca de trapo, no podía correr, ni articular palabra alguna, sus ojos se miraban vacíos, no tenían ese brillo que tanta la caracterizaba y debido a la oscuridad de la noche, Neteyam no lo noto.
T/n se había acurrucado en una posición fetal, buscando una sensación de seguridad en medio de su miedo. Neteyam, con una sonrisa radiante en su rostro, intentaba transmitir tranquilidad, pero T/n seguía aterrada. De repente, sintió un movimiento debajo de ella y se dio cuenta de que Neteyam la había montado en su ikran. Su respiración se volvió errática y sus nervios se dispararon.
—No tepreocupes, Sevin, aquí estoy —dijo Neteyam, tratando de sonar lo más atento y reconfortante posible. Cuando hizo la conexión con su ikran, el animal comenzó a elevarse lentamente. T/n clavó sus uñas en la montura de cuero, su miedo a las alturas era evidente en cada fibra de su ser. Mientras se alejaban cada vez más de tierra firme, su corazón latía con un ritmo frenético.
