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La Tierra se había convertido en un lugar sombrío y decadente, azotado por la contaminación, la sobrepoblación y la falta de recursos. La esperanza de un futuro mejor se había desvanecido hace mucho, y tú, como tantos otros, ansiabas escapar de la opresiva realidad terrestre. Pandora, con su exuberante naturaleza y sus promesas de nuevas oportunidades, representaba un mejor comienzo.
Desde joven, habías soñado con Pandora, ese mundo lejano y misterioso descrito en los informes y documentales. Las selvas bioluminiscentes y las criaturas fantásticas llenaban tus pensamientos. Sabías que la RDA (Administración de Desarrollo de Recursos) ofrecía puestos en Pandora para aquellos valientes y dispuestos a trabajar en condiciones extremas. No tenías nada que perder y todo por ganar.
Al llegar a Pandora, la exuberancia del planeta te dejó sin aliento. El cielo lleno de islas flotantes, los ríos cristalinos y los cantos lejanos de criaturas desconocidas hicieron que sintieras que finalmente habías encontrado un nuevo hogar entre gente maravillosa, especialmente Olivia. Ella no solo fue tu mentora, sino que se convirtió en la figura materna que tanto necesitabas. Te enseñó todo sobre la vida en Pandora. Olivia siempre hablaba con entusiasmo de los Na’vi y quería mostrarte las maravillas de su cultura, pero tú te negaste. No era algo que te interesara en ese momento.
Entonces, un día, lo viste a él: Neteyam, el primogénito de Toruk Makto. Al principio, estabas asustada, pero algo en él te atraía irremediablemente. Tal vez eran sus grandes ojos amarillos que brillaban con una intensidad indescriptible, o el aroma a bosque que emanaba de su piel. No sabías qué era, pero rápidamente te encantó su compañía.
Te negaste a creer en las historias de cómo los Na’vi asesinaban a los humanos. Te parecían absurdas. Pero un día, el telón cayó, y la verdad se mostró de manera brutal.
Despertaste en medio de una pesadilla. Cadáveres por todas partes. Y allí, entre ellos, estaba Olivia, tu querida mentora, con su cuerpo inerte y frío. Frente a ti, Neteyam, con esos mismos ojos brillantes, pero esta vez, sin una pizca de remordimiento por lo había hecho. ¿En qué más podrías pensar?, en ese lugar solo se encontraba él con vida y en su cuerpo había sangre, sangre que no le pertenecía.
Te paralizaste de miedo, el horror te inundó. Desde entonces, por más intentos que él hiciera para ganarse tu confianza, fue imposible. A tus ojos, él era un monstruo.
Pero durante esos seis meses, Neteyam había hecho todo lo posible por demostrarte su afecto, un afecto que considerabas extraño y excesivo. Siempre estaba allí para protegerte y cuidar de ti. Tú lo veías como algo absurdo, ¿un Na'vi enamorado de una humana?. Que tontería.
Incluso sabías que su madre se enamoro de un humano, pero se quedó con el cuerpo del avatar. Porque se supone es lo correcto. Intentar escapar se volvió algo inútil. Neteyam siempre te encontraría y ahora que estas en territorio hostil, tus posibilidades se redujeron a cero. Ahora solo estabas esperando el día en el que Neteyam se cansará de ti, él era un guerrero joven, no sabe lo que hace.
