¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pandora no era un lugar donde los humanos pudieran habitar fácilmente, y aún así, T/n decidió venir porque adoraba todo lo relacionado con la naturaleza. Desde pequeña, había soñado con explorar mundos nuevos, con perderse en la belleza salvaje de lo desconocido.
Pero en ese momento, pensabas que tal vez debiste haber escuchado a tu padre cuando te decía que era mejor haber estudiado enfermería. Hubieras conocido a un chico lindo en la universidad, se habrían casado y estarían viviendo tranquilamente en la Tierra, lejos de todos estos peligros. Extrañabas vivir una vida normal.
Pero no, ahora estabas cautiva a manos de un nativo obsesionado.
Neteyam la cuidaba con una devoción que bordeaba la obsesión, y aunque había momentos en los que su presencia le proporcionaba consuelo, no podía ignorar el miedo que también sentía. No era fácil soltar el pasado y olvidar los momentos tan lindos que había pasado al lado de las personas que quería. Los recuerdos de risas, abrazos y conversaciones íntimas con sus seres queridos eran como fantasmas que la perseguían. Y tampoco era fácil llevarse bien con el asesino de esos seres queridos, lo veia como algo que estaba prohibido y que era una falta de respeto hacia ellos. Si la situación hubiese sido diferente, sin duda te enamorarías de él.
La primera luz del amanecer se filtró a través de las hojas que cubrían la entrada de la casa, iluminando suavemente el interior. T/n comenzó a despertarse y sus párpados pesados se abrieron lentamente, revelando unos ojos confusos y desorientados. Se sentía adolorida, pero esta vez no se trataba de su la cicatriz en su abdomen. Su cuerpo entero estaba tenso y resentido por lo ocurrido la noche anterior. Con un gemido suave, intentó incorporarse, pero el malestar de su cadera para a bajo se lo impedía, además sentia sus intestinos revueltos.
—Dios mío
Se frotó los ojos, tratando de despejar la confusión matutina. Miró a su alrededor, reconociendo el interior familiar de la cabaña. La cama, las hierbas colgadas, y el cuenco de agua en el que había visto su reflejo tantas veces durante las últimas semanas.
A su lado, Neteyam dormía profundamente. Su respiración era lenta y constante. Con cuidado, intento levantarse de la cama pero debido al dolor cayó sentada y eso hizo que él Na'vi se despertará enseguida.
—Muntxate —Con sus brazos rodeo el cuerpo de la chica con cuidado, quedando en una posición de cuchara
—(Mierda, este dolor es insoportable, dudo caminar bien por unos dias) —Pensó lamentándose por lo que había hecho. Nunca en su vida pensó encontrarse algo de ese tamaño, tal vez en algunos juguetes, ¿pero en la vida real?. Las visiones borrosas de lo sucedido empezaron a llegar a su mente, esto provoco que se cubriera todo su cuerpo por la vergüenza que sentía
