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T/n se mantenía firme, a pesar del miedo que recorría su cuerpo. Sujetaba la rama con ambas manos con una fuerza que hizo que sus nudillos se pusieran blancos del esfuerzo, mientras sus ojos no se apartaban del Thanator. Sabía que no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir contra la bestia, pero no iba a dejar que se acercara a los niños. Estaba decidida a luchar, incluso si eso significaba sacrificar su vida.
—Niños... —Al echar un vistazo hacia atrás, vio que los pequeños habían salido corriendo, sin embargo, un suspiro de alivio cruzó sus labios. No podía culparlo por querer vivir y al menos ellos estarían a salvo.
Pero ahora, estaba sola.
T/n retrocedió lentamente, sintiendo su corazón golpear frenéticamente contra su pecho mientras el Thanator avanzaba con pasos lentos hacia ella. Sabía que no tenía ninguna posibilidad contra aquella bestia.
Cuando el Thanator lanzó su primer ataque, ella rodó instintivamente hacia un lado, esquivando apenas las enormes fauces que intentaban alcanzarla. El sonido de los colmillos cerrándose a centímetros de su cuerpo resonó en sus oídos, y sin pensarlo, golpeó con la rama hacia la cabeza de la bestia, esperando al menos retrasarla.
Pero el Thanator era rápido, mucho más de lo que T/n había anticipado. La criatura rugió con una furia ensordecedora, levantando su pata y golpeando la improvisada arma que ella sostenía, haciéndola volar lejos de sus manos.
—Demonios...
T/n luchaba con todo lo que tenía. Cada vez que el Thanator se abalanzaba sobre ella, respondía con rápidos y desesperados golpes. Le había lanzado rocas, ramas y cualquier cosa que pudiera encontrar en el suelo, pero nada parecía detener a la criatura. Cada embestida del Thanator la empujaba al borde del agotamiento, pero T/n no se rendía.
En un momento de desesperación, T/n gritó mientras lanzaba un golpe directo a la mandíbula del Thanator con una rama gruesa que había conseguido agarrar. El impacto resonó en sus manos, enviando un latigazo de dolor por sus brazos, pero el Thanator solo retrocedió momentáneamente, sacudiendo la cabeza como si hubiera sido apenas un roce.
T/n respiraba con dificultad, pero no bajó la guardia. Se lanzó hacia adelante con otro golpe, esta vez apuntando a las costillas de la bestia, pero fue entonces cuando el Thanator aprovechó su movimiento para embestirla. Su enorme cuerpo chocó con el de T/n, lanzándola al suelo. El aire salió de sus pulmones en un grito ahogado mientras caía de espaldas sobre el suelo húmedo del bosque.
El Thanator se abalanzó sobre ella, y en ese momento T/n sintió el verdadero peso de la situación. El golpe final parecía inminente. Con la bestia justo sobre ella, T/n levantó sus manos instintivamente, golpeando desesperadamente con puños cerrados. Le asestó varios golpes en el pecho del Thanator, cada uno menos efectivo que el anterior.
