¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los días se esfumaron como arena entre los dedos. Neteyam dedicó cada instante a la búsqueda de hermosas piedras y telas finas, enfrentando los peligros de Pandora solo para obtener los mejores materiales. Cada noche, al regresar, sus manos llevaban marcas como muestra de su arduo trabajo, pero aún con todo eso, sus ojos brillaban con la determinación de alguien que haría lo imposible por su amada. T/n solo lo observaba en silencio, después de ese día se encontraba ansiosa, tenía miedo de ir al Clan Omaticaya, lo único que ahora sabía de ellos es que eran unos salvajes, destruyendo naves, asesinando humanos y quitándoles sus recursos, ¿qué le iban a hacer en cuanto la vieran entrar? ¿Por qué Olivia los glorificaba tanto?
Cada noche, mientras Neteyam dormía, T/n se quedaba despierta, su mente inundada de muchas preguntas y miedos. Cada vez que él notaba su inquietud, trataba de calmarla con lindas palabras de amor, pero la incertidumbre seguía carcomiéndola.
-Confía en mí, Ma' T/n -le decía con voz suave-. Mi clan te verá como yo te veo. No permitiré que nada te hagan daño.
Pero las palabras de Neteyam no lograban disipar sus miedos. Las noches se hacían más largas y los días más pesados, sentía que no iba a durar mucho.
Finalmente, el día llegó. Neteyam había confeccionado con sus propias manos un atuendo magnífico, adornado con las piedras más brillantes y las telas más suaves, casi asimilando al atuendo de una tsahìk. Al presentárselo a T/n, sus ojos se llenaron de sorpresa.
-Quiero que te vean como yo te veo, Ma' T/n -dijo con voz segura-. Deslumbrante, fuerte, y hermosa
T/n no respondió, solo se vistió y tomó un pedazo de tela de las tantas que Neteyam habia llevado a su hogar, cubriendo casi todo su rostro, dejando solo sus ojos a la vista. Sentía que, al menos así, podría estar un poco más segura y protegerse de las miradas inquisitivas.
Neteyam, por su parte, se colocó su fajín de guerrero y añadió algunos ornamentos distintivos que lo diferenciaban de los demás guerreros de su clan. Su porte era imponente.
Dio un fuerte silbido, y su Ikran descendió hacia ellos enseguida, con sus alas extendiéndose majestuosamente. Neteyam ayudó a T/n a montarse con cuidado, asegurándose de que estuviera cómoda y segura.
-Todo estará bien -le susurró al oído antes de subir detrás de ella.
Con un último vistazo hacia el horizonte, Neteyam hizo que el Ikran alzara vuelo, llevándolos hacia su clan. T/n mantenía la tela firmemente alrededor de su rostro, con su corazón latiendo con fuerza mientras se aferraba al asiento de cuero.
El viaje se sintió largo y pesado para T/n, abrumada por un torbellino de emociones. En contraste a Neteyam, quien parecía feliz y, en cada oportunidad, plantaba pequeños besos en la cabeza de la chica, tratando de calmarla.
