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El sol comenzaba a descender en el horizonte cuando los cazadores regresaron triunfantes al Árbol Madre. Encabezados por Neteyam y Rakan, los cuales llevaban consigo un par de imponentes Sturmbeest montados en carretas. A medida que se acercaban, los gritos de júbilo y celebraciones comenzaron a resonar por toda la aldea. Los Omaticaya se reunieron rápidamente, formando un círculo alrededor de los cazadores.
Los nombres de Neteyam y Rakan se escuchaban con fuerza por encima del clamor general. Los chicos más jóvenes del clan, observaban con ojos brillantes de admiración, mientras gritaban sus nombres, animados y emocionados al verlos regresar victoriosos. Deseando ser como ellos cuando crecieran.
En cambio, las chicas rodearon a los cazadores, esperando ansiosas el tenerlos cerca. Rakan y el resto de los Na’vi se veían gustosos por toda la atención recibida, sonriendo y charlando con entusiasmo con las jóvenes admiradoras. Sin embargo, Neteyam tenía otros pensamientos en mente. Con una expresión seria, evitó a las chicas y se abrió paso entre la multitud.
Sin prestar atención a los murmullos y miradas curiosas, Neteyam se dirigió directamente a la casa de sus padres. Sabía que allí encontraría a T/n junto a sus hermanas, Kiri y Tuk. Su corazón latía con fuerza, no por la emoción de la caza, sino por la necesidad de ver a T/n y asegurarse de que estaba bien.
—Nunca había visto a Neteyam así de… enamorado —Dijo Rakan al verlo apartar un par de chicas de su camino —¿Quién fue la Na’vi responsable? —Preguntó mientras reía.
Las jóvenes lo observaron sorprendidas.
—¿Tú hermana no te contó nada? —De entre las jóvenes salió Alira, la cual tenía una sonrisa en su rostro.
—Mi hermana no suele hablarme de sus asuntos personales
Alira miró a Sukal y negaron mientras rodaban los ojos.
—Te vas a sorprender cuando la veas en el festival de caza, no te lo vas a poder creer —Respondió finalmente Alira. Dejando a Rakan con la duda.
Él no se molestó con Neteyam cuando le dijo que había terminado su compromiso con Nawm. Desde hacía tiempo, él sabía que Neteyam no sentía nada por su hermana, ni por ninguna chica del clan. Por eso, la noticia de que Neteyam se había unido a alguien lo tomó por sorpresa. Rakan conocía bien a su amigo: alguien tan reservado y frío que no se enamoraba fácilmente. Quería conocer a la mujer que había conquistado el corazón de Neteyam, imaginando que debía ser alguien realmente especial y talentosa para haber logrado lo que nadie más había podido.
