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Ha llegado el momento de enfrentar lo que me ha mantenido en silencio, aquello que he evitado. Lo que hice en el pasado lo hice convencida de que era lo correcto. Aunque no todo salió bien, no puedo seguir castigándome. De los errores he aprendido, he crecido. Y ahora sé que no sirve de nada quedarme atrapada en los "hubiera...". Si volviera a aquel instante, probablemente tomaría las mismas decisiones, porque entonces no sabría lo que sé hoy. El pasado no se puede borrar, pero sí entender desde una nueva perspectiva.
La vida nos exige a aprender de lo que quedó atrás, pero vivir con la mirada al frente. El pasado debe ser una lección, no una prisión. Lo visito, sí, pero solo para entender, para tomar lo que necesito y seguir avanzando. Estoy en ese proceso: rescatando lo que dejé en el olvido para encontrar el camino hacia adelante. Porque la vida no dejará de enseñarnos hasta que hayamos aprendido. Quien reconoce sus errores no sigue siendo la misma persona que los cometió. Porque ahora es alguien que ha aprendido a ser mejor.
Después de aquel día, todo cambió para T/n. Se permitió un tiempo para reflexionar y asimilar la verdad que había descubierto, pero esta vez sin dejar que su dolor afectara Neteyam, quien se mantuvo a su lado, firme, brindándole su apoyo. Aunque él parecía lamentarse por todo lo que había ocurrido, T/n fue clara al decirle que no debía culparse. Lo pasado ya no merecía ser recordado con amargura.
—Eso ya no importa —le había dicho con voz tranquila—. Lo que importa es que te tengo a ti.
Y era cierto, Neteyam había sido mejor que cualquier humano. Al final, entendió que, si hubiera seguido sus verdaderos sentimientos desde el principio, habría dejado todo atrás, habría huido con Neteyam hacia algún rincón oculto de Pandora, lejos de todo. Pero no tenía sentido lamentarse por lo que no fue. El pasado ya no les pertenecía; el presente, sí. Y en ese presente, ella había decidido vivir a su lado, sin dudas ni miedos. Era momento de dejar las sombras atrás y, juntos, caminar hacia el futuro que les esperaba.
—Vas mejorando, Neteyam —le dijo T/n con una sonrisa ligera, mientras terminaba de acomodar las hierbas curativas en algunos frascos.
Neteyam la observaba en silencio, notando el cuidado en cada uno de sus movimientos. Pero antes de que pudiera responder, Lo'ak irrumpió en la cabaña, sacudiendo la calma del momento.
—¿Qué, hermano? ¿Sigues siendo el favorito de T/n incluso cuando estás hecho un desastre? —bromeó Lo'ak, acercándose con una sonrisa traviesa, aunque en su mirada se podía ver la preocupación por su hermano mayor.
—Lo'ak... —respondió Neteyam, dándole una mirada exasperada —. No es mi culpa que tú no puedas quedarte quieto el tiempo suficiente como para que te cuiden.
