Detrás de las Puertas ©

Capítulo 40 - Apertura

La cámara del celular está dirigida hacia mí. Siento que puede ver a través del "protector" que llevo puesto. Es un antifaz sencillo, de un rojo vino con detalles dorados que brillan bajo la luz intensa del aro de luz led que Sergio trajo. Nunca pensé que un momento así llegaría. Aquí estoy, sentada con el corazón latiendo al ritmo de mis nervios, a punto de hacer algo que cambiará mi vida. Mi vida como Maya, claro. Porque hoy, soy Lilith Nocturna; ese nombre escogí.

Cierro los ojos un segundo, tomo aire, siento cómo se hincan mis pulmones y me obligo a sonreír. El antifaz me da una sensación extraña, como si me cubriera completa, aunque el bralette rojo apenas y me tapa los pechos.

Estoy fuera de mí, de alguna manera.

Cuando abro los ojos, el equipo sigue en su lugar, vigilante, esperando.

Me encuentro sola. Sergio quiso darme espacio.

Ya tengo el guion preparado, solo necesito interpretarlo de manera convincente. De eso depende que tengamos clientes.

Doy inicio sin darle más vueltas. Mi voz tiembla al principio, pero trato de mantenerme firme:

—Hola, mis queridos buscadores de la verdad y el placer, soy Lilith Nocturna, y hoy vengo a hablarles de algo que pocos se atreven a explorar, pero que muchos desean en silencio. —Me detengo misteriosa, mirando a la cámara como si fuera el confesor de un secreto oscuro—. En el nuevo club Imperium, el deseo no tiene límites. Allí no hay juicio, solo conexión. Allí el intercambio de parejas no es solo un acto físico, es una experiencia de liberación; una oportunidad para descubrir nuevos horizontes de placer e intimidad, sin las cadenas de la vergüenza ni el miedo a ser señalados.

Mientras hablo, mis dedos juegan con un cable que no se encuentra dentro de la toma.

—Sé lo que piensan: "¿qué clase de personas se reúnen allí?" —Me encojo de hombros de forma exagerada—. Bueno, Imperium no es para todos. Es para aquellos que entienden que el deseo es una energía poderosa que debe ser explorada de manera consciente. No es solo un juego carnal, es una danza emocional, una interacción profunda con otros seres que comparten la misma búsqueda de libertad. —Lo que sigo sale creíble porque es lo que en realidad opino del mundo swinger.

La cámara sigue inmóvil, pero mientras pasan los segundos siento que hay más detrás de ella, una presencia invisible que me observa, me pesa, me juzga.

Tuvimos el cuidado de usar filtros de voz e imagen. Además, diseñamos un escenario movible que solo sacaré cuando grabe. Cuidé detalles para no ser descubierta por mi familia o amistades.

Afuera suenan los ruidos normales de las empleadas. Mis hijas no están. El seguro está bien puesto. No hay por qué vacilar:

—En Imperium, las reglas son claras: respeto, consentimiento, y la voluntad de explorar sin miedo. Si eso combina contigo, entonces tal vez seas uno de nosotros. —Cruzo seductora las piernas—. Y si no... Bueno, cada uno tiene su propio camino que seguir, ¿verdad?

Mi respiración se calma por completo. El ocultar mi rostro no es solo un escudo; es una puerta. Una puerta hacia una liberación desconocida e inexplorada.

Me inclino un poco hacia adelante sobre el banco alto en el que me mantengo.

—Si quieren saber más, si están listos para dar ese primer paso, solo tienen que enviarme un mensaje. El viaje de Imperium comienza ahora, y podría ser un tripulante. Pero recuerda: no todos los que se atrevan a cruzar ese umbral serán capaces de manejar lo que encontrarán dentro. —Una breve risa escapa de mis labios—. Soy Lilith Nocturna, y este es solo el comienzo.

Pulso el botón para detener la grabación.

Resoplo.

Mi corazón aún late con fuerza, pero ya no me siento vulnerable.