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"Alguien me dijo hace un tiempo
que hay calma antes de la tormenta,
lo sé, ha estado viniendo durante
algún tiempo.
Y cuando se acaba esa calma,
dicen "lloverá en un día soleado"
Quiero saber, ¿alguna vez has
visto la lluvia?
Cayendo en un día soleado".

Y cuando se acaba esa calma,dicen "lloverá en un día soleado"Quiero saber, ¿alguna vez hasvisto la lluvia?Cayendo en un día soleado"

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Maratón 2/4

1997, [Your effort to not believe me is about to destroy us]

Isabella Snape.

Isabella corría por los pasillos del castillo.

Con su bata que Poppy le había colocado en la enfermería aún puesta y sus pies descalzos ardiendo en el mármol del suelo mientras avanzaba.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas que no quería derramar, pero era inevitable ahora que sabía, Mattheo había vuelto a caer por su hermana mayor.

Había creído que borrarle la memoria sería suficiente para mantenerlo lejos de ella, creyó en las palabras de Sienna y se cegó.

Ahora estaba pagando el precio.

Cerca de la torre de Gryffindor, un grupo de estudiantes la observaban con lastima, sabiendo que los Aurores buscaban a su madre para llevarla lejos de ella.

Isabella no lo permitiría.

Su madre, a pesar de los errores que solía cometer con Lyra, era una buena madre, estricta, de mano dura y cruel, pero Isabella sabía, que su madre también podía ser gentil, amable.

Y sobre todo, que amaba a Isabella.

Se detuvo jadeante, observando a su padre devolverle la mirada, furioso, decepcionado, impotente. Y a un lado suyo, Sienna, que no miraba a Severus, no interactuaba con él o tenía contacto, pero estaba presente.

Porque Sienna había sido misericordiosa con su familia, los había perdonado, y ahora los ayudaba para no ser enviados a prisión por crímenes que no habían cometido.

Su madre no había asesinado a nadie. Solo había castigado a Lyra por sus imprudencias.

Isabella sollozó, corrió a los brazos de Sienna y la envolvió en un abrazo reconfortante, sintiendo como la rubia se tensaba, pero la abrazaba de vuelta, dándole suaves palpadas en su espalda para consolarla.

-Mi madre... -Isabella se separó de Sienna, mirándola, con sus lágrimas cayendo por sus mejillas -, ¿Cómo está?

Sienna endureció sus rasgos.

Don't forget me. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora