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1996 [Our last slip, summer is over]

Mattheo Riddle.

Mattheo no podía sentirse tranquilo, una pregunta invadía su mente con irritación, causandole días llenos de mal humor.

¿Por qué Lyra no lo había besado? El había creído ser bastante claro, Mattheo había dicho que era suyo, únicamente hasta que el verano terminase, ¿acaso tenía que ser más directo?

Lyra podía hacer con el lo que quisiera, pero ni siquiera se atrevía a tomarlo de la mano si no era estrictamente necesario, no tomaba su mano de la manera que el deseaba.

El no se había despedido de Theodore o de Draco, ni siquiera escuchó a Bella cuando ella se dirigió a Mattheo una vez el bajó las escaleras de la mansión, el mundo había desaparecido porque esa sería la última vez que vería a Lyra, así que no perdió el tiempo y se marchó al puente de Londres.

Su prioridad ahora era Lyra, no importaba la guerra, no importaba su padre o las órdenes que le daba, solo era Lyra y su don con hacerlo enloquecer. En su cabeza solo se repetía la tarde anterior en la playa con Lyra, ambos caminando por las calles muggles, sin tener en mente ir a visitar el mar, pero las personas muggles solían ser muy influenciables en Lyra, y Lyra al parecer disfrutaba su vida muggle.

Mattheo lograba entender el porque.

Por mucho dolor que la vida le causaba a Lyra, ella siempre encontraba esas ganas desenfrenadas por vivir, y era lo que hacía en cada momento, vivir. Los muggles eran cálidos, nada que ver con los magos y brujas en el mundo mágico, dónde se dividían entre sus estatus de sangre... al menos, por lo que Mattheo podía notar, los muggles se mezclaban entre todos, sin darle importancia a lo demás, solo a disfrutar el jodido presente.

Pensaba en la risa de Lyra, ella corriendo por la extensión de la playa, entrando al mar y causando un olor de sal de mar en su piel, tomando a Mattheo de la muñeca y obligandolo a entrar con ella a las aguas saladas e interminables del océano, solo reían, reían y en ese instante jamás les importó terminar manchados de arena.

Mattheo no la había visto tan feliz como en ese día, y aunque ambos no conocían absolutamente nada del otro, el creía realmente que tal vez no conocían la vida que estaban obligados a vivir... más bien conocían las cosas que realmente los hacían apreciarse con facilidad: y era la manera de como percibían la vida misma. Estaban jodidos, pero algo los hacía entenderse, ver a través de uno.

Y verla feliz era una extraña sensación de orgullo que sintió por si mismo, porque había influido en la felicidad de Lyra, al menos en ese momento.

Mattheo se tomó su tiempo para llegar al puente, estaba acostumbrado a la impuntualidad de Lyra, y era por eso que creía que ella aún no aparecería en el puente.

Pero mientras Mattheo caminaba por las calles muggles, el bullicio de la gente y los carros transitar, mientras más se acercaba al puente de Londres, el notó una figura familiar sentada en una banca, con sus piernas cruzadas y parecía esperar pacientemente a alguien.

Esa persona era Lyra.

No era común en ella llegar temprano a sus citas con Mattheo, y eso realmente lo confundió... el avanzó con más rapidez hacía Lyra, preguntándose qué había sucedido como para que ella fuese puntual.

Observó el atuendo de Lyra: un vestido negro ajustado y corto, con medias negras para protegerla un poco del frío y una chaqueta de cuero negra. Su cabello azabache se encontraba un poco más rizado de lo habitual, y al parecer ella se había sujetado su cabello con un moño desordenado que resaltaba sus rasgos.

Don't forget me. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora