Don't forget me. [+18]

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"Sacuden la cabeza diciendo: "Dios ayúdala"
cuando les digo que él es mi hombre
pero dios no necesita mover
un dedo
Puedo arreglarlo, no, realmente puedo
Y solo yo puedo.
Buen chico, eso está bien
Acércate te mostraré el cielo
Si te vuelves un ángel, todo mío
Creeme, puedo manejar a un hombre
peligroso.
No, realmente puedo".

1996, [nothing will come out of this, but I love you, is it enough?]

Mattheo Riddle.

Mattheo había perdido la poca cordura que le quedaba.

Sentía que si no actuaba en esos instantes, entonces perdería a Lyra por no decidir y huir como un cobarde.

Lyra titubeaba porque él no le había dado la certeza de que caminaría en un piso firme junto a él, no le había dado la seguridad de que él la cuidaría como debía de hacerlo.

¿La amaba? No sabía si era correcto llamarlo de ese modo, pero estaba seguro de que ese sentimiento que invadía en su pecho era más intenso y más grande que esa palabra mundana que todos usaban sin sopesarla ni un poco.

De solo pensar en Lyra estando en los brazos de otro, buscando consuelo en las caricias de alguien más, lo enfermaba. Repudiaba verla ser apreciada por hombre como lo era O'brien, y admirada por Potter.

Era por eso que había decidido por impulso, ¿y cuál era la manera de asegurarle a Lyra protección y su devota atención?

Gritándole al mundo que la haría su esposa solo porque se le daba en gana, porque quería, porque podía y porque estaba completamente loco por ella.

Casarse a los dieciséis no era imposible para él, tenía los contactos, tenía el poder para organizar una boda a la hora; eso no era problema para alguien como Mattheo.

Y si tenía que amarrarla, llevársela consigo para que eso sucediera, lo haría.

-Mattheo... -Isabella intervino al notar como el se colocaba frente a la varita de Isabelle para recibir el impacto del maleficio -, Déjalo pasar... ella estará bien. ¿Puedes notarlo? Lyra está en buenas manos.

La ira lo cegó.

Sabía que Sirius Black y O'brien se habían acercado para protegerla, sabía que Potter y varios amigos de Lyra corrían a su dirección para defenderla de cualquiera que intentara herirla... aún fuera Isabelle.

Pero ellos no eran suficientes para nivelar el poder que Mattheo tenía, no podían cuidarla como él solo podía hacerlo.

-Ustedes no la dejarán en paz -siseó él -, Y yo no las dejaré en paz a ustedes si se empeñan en llegar a Lyra.