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1996 [Just like water and oil]

Narrador Omnisciente.

No existía un acto más estúpido que desear lo que tenías prohibido tocar.

Para Mattheo era fácil seguir esas mismas reglas que su mente había creado para pura supervivencia.

Desde niño logró comprender lo que significaba ser hijo de su padre, así que tuvo que convertirse en su peor versión para no morir en el transcurso de la guerra.

Era adaptarse a la crueldad de su padre o morir, no había otra opción, no podía echarse para atrás y huir de su destino.

Pero ahora todo había cambiado.

Mattheo comenzó a sentir una necesidad bestial de poseer a la única persona que estaba prohibida para el; no era lo mismo que con sus experiencias pasadas, sabía que la palabra poseer para Lyra, era como recibir una bofetada.

Pero eso era lo que ambos hacían, poseer a las personas. Ambos.

La crueldad de Mattheo era excusa suficiente para que el resto no se sintiera con el poder de retarlo, con la inteligencia necesaria para destruir todo a su paso.

Nadie lo miraba más de la cuenta, nadie le dirigía la palabra sin que antes el hubiera aceptado que así fuera, nadie lo retaba, nadie le escupía sus verdades a la cara; y por supuesto, nadie que lo hacía seguía sintiéndose intocable.

Pero Lyra siempre era la excepción a todas las reglas.

Lyra tenía razón al decir que Mattheo había creado una jerarquía dentro del castillo, dónde el era el maldito líder ahí, dónde su grupo era igual de intocable que el.

Normalmente, Malfoy y Parkinson eran quienes con su crueldad les hacían entender al resto las reglas que debían de seguir; si obedecían, entonces no tendrían la necesidad de recordarles el porque eran quienes tenían la última palabra.

Ese par era quien más actuaba, incluso parecían ser mejores líderes que Mattheo; pero esa era una simple distracción.

Quienes realmente lideraban el castillo eran Mattheo y Theodore; los más silenciosos del grupo, quienes evitaban el conflicto porque todo a su alrededor les era monótono y aburrido.

Pero cuando alguien lograba provocarlos lo suficiente como para hacerles perder el control, bueno, ellos se encargaban de hacerles recordar a todos las razones por las que los respetaban.

Lyra estuvo analizando a cada uno con detalle obsesivo, era su deber si quería derrumbar ese trono de espinas en el que estaban sentados, mostrándose como seres intocables.

Por ejemplo, Pansy Parkinson era la que más resaltaba dentro del grupo de las chicas; su personalidad era intensa y caótica, brillaba a pesar de la malicia en sus actitudes. No le importaba pasar por encima de las personas para conseguir sus objetivos, y aún destrozando a su paso la dignidad esas personas, terminaba disfrutando del proceso, como si fuera un tipo de juego retorcido.

Un juego retorcido que normalmente incluía a Malfoy y a Bella Lestrange.

Malfoy era quien más resaltaba alrededor de los chicos, pero no era por ese atractivo que lograba hacer caer a las pobres adolescentes hormonales que revoloteaban a su alrededor; sino por la picardía y la malicia con la que actuaba, su personalidad se basaba en destruir la integridad de las personas con solo unas cuantas palabras, como si todo el castillo de Hogwarts le perteneciera a tal punto de que, si el deseaba extinguirlo, así sería.

Don't forget me. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora