Don't forget me. [+18]

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1996 [Welcome to home]

              Lyra Black.

¿Qué tanto podía cambiar la vida de Lyra en menos de veinticuatro horas?

Lyra avanzaba por un largo pasillo oscuro, que se suponía, pertenecía a lo que era Grimmauld Place, lo que quedaba del hogar de su familia. Los recuadros estaban llenos de polvo, y las linternas estaban invadidas por telarañas, falta de limpieza y un mal cuidado, cosa que la hizo hacer una mueca de desagrado.

Estaba rodeada por Aurores, la resguardaban desde hace horas, desde el momento que ella pisó Gran Bretaña.

No sabía cómo actuar ante la situación en la que se encontraba, pisando el lugar dónde se suponía, Lyra debió crecer. Tan polvoso, tan viejo y desgastado, la madera crujía ante los pasos firmes de Lyra, y mientras ella estaba rodeada por esos Aurores que parecía, uno de sus tantos objetivos, era mantenerla oculta hasta que llegase a su destino, escuchó voces resonar como eco susurrante en las paredes.

Lyra no sentía ansiedad ante el hecho de tener que comenzar una vida nueva, desde cero, no le importaba tener que conocer a gente nueva y darse a conocer. Lo que realmente hacía arder sus pulmones ante la falta de oxígeno, era conocer a sus padres.

Sirius Black e Isabelle White.

No sé detuvo cuando los Aurores a su alrededor lo hicieron, uno de esos tantos hombres abrió la puerta para ella, y fue cuando Lyra entró a la gran habitación que era el comedor, cuando el silencio se apropió del lugar al notar su presencia.

Habían más de diez personas sentadas en el lugar, y cada una de esas personas la miraba con curiosidad, sopesando a Lyra, evaluandola, e incluso supo que solo la miraban para admirarla, no le molestó en lo absoluto.

Pero los ignoró.

No le interesaba conocerlos, al menos,no en esos instantes, no cuando al buscar con su mirada, encontró los ojos grises de su padre regresarle la mirada. Y a un lado de el estaba su madre, con sus rasgos duros, inquietos.

Había visto fotos de sus padres hace años, y eso fue el único motivo, por el que Lyra los reconoció.
No podía haber otra forma de entrar a un lugar lleno de gente, y reconocer a personas desconocidas para ella.

Los analizaba, cada mueca, y cada movimiento, los tres se encontraban a la defensiva.

Lyra reaccionaría a cómo ella creyera adecuado reaccionar, si de la boca de sus padres no salía ni un solo pretexto, entonces ella estaría dispuesta a sobrellevar las cosas en ese lugar.

¿Qué era lo que diría realmente? ¿Qué se decía cuando después de dieciséis años, conoces a tus padres que te abandonaron?

«¡Es un gustazo por fin conocerlos! ¿Cómo debería llamarlos? Quiero decir, no los conozco ni un carajo, espero que puedan comprenderme, puesto a que ustedes fueron los culpables al tirarme en Francia a mi suerte.»