✧Chapter 12✧

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La tormenta rugía con una intensidad que hacía vibrar cada rincón de la mansión. Los truenos resonaban como tambores de guerra, y los relámpagos iluminaban brevemente el mundo exterior, creando sombras danzantes en las paredes. Lucifer, sentado en su escritorio, dejó de escribir cuando escuchó el leve sonido de pasos acercándose a su puerta. Era un sonido casi imperceptible, pero familiar, como si el visitante dudara en cada paso que daba.

Al girar la cabeza, vio a Adam de pie en el umbral, sosteniendo su inseparable patito de goma con ambas manos. Era una imagen que, aunque adorable, no dejó lugar a dudas de lo que sentía: su enorme figura, normalmente neutral, estaba ligeramente encorvada, y sus ojos dorados se desviaban al suelo como si buscaran refugio en cualquier cosa menos en el rugido de la tormenta.

-Adam -murmuró Lucifer, poniéndose de pie de inmediato.

El hombre no respondió. En cambio, dio un paso hacia adentro, sus movimientos eran lentos, casi inseguros, como si no estuviera seguro de si debía estar allí. Lucifer, al observarlo más de cerca, notó el sutil temblor en sus manos y la forma en que su mirada se desviaba hacia la ventana, donde los relámpagos iluminaban el cielo con una furia descontrolada.

-¿La tormenta te molesta? -preguntó Lucifer suavemente, caminando hacia él.

Adam no respondió, pero el pequeño apretón que le dio al patito de goma fue suficiente para que Lucifer entendiera. Sin decir nada más, tomó una manta de su cama y la extendió cuidadosamente sobre los hombros de Adam, este se agacho de forma instintiva dejándose envolver sin resistencia, como un niño buscando consuelo.

-Ven conmigo -dijo Lucifer, tomando la mano de Adam y guiándolo hacia el alféizar de la ventana.

Se sentaron juntos, el uno al lado del otro, observando la tormenta que rugía fuera de los muros protectores de la mansión. Las gotas de lluvia acida se deslizaban por el vidrio, formando pequeños riachuelos que se cruzaban y separaban. Por un momento, ambos permanecieron en silencio, solo acompañados por el sonido del viento y los truenos.

Lucifer observó a Adam de reojo. Incluso en su estado actual, con la expresión tranquila pero lejana que había adoptado desde su regreso, Adam seguía siendo impresionante. Su presencia llenaba la habitación de una manera que hacía que Lucifer se sintiera diminuto en comparación, tanto física como emocionalmente. Sin embargo, había algo profundamente en él en ese momento, algo vulnerable que hacía que Lucifer quisiera protegerlo más que nunca.

Un recuerdo se deslizó en la mente de Lucifer, como un eco de otro tiempo. En el Edén, había habido una tormenta similar. Adam, joven e inocente, había buscado refugio con él bajo un árbol. Lucifer, conmovido por el miedo en los ojos del humano, había desplegado sus alas por primera vez para rodearlo. Adam se había acurrucado contra él, confiando plenamente en que Lucifer lo protegería. Ese recuerdo trajo un leve rubor a las mejillas de Lucifer, un calor que no había sentido en siglos.

-No hay nada que temer -murmuró, aunque sus palabras eran tanto para Adam como para sí mismo.

Con un suspiro profundo, dejó que sus seis grandes alas negras se desplegaran lentamente, llenando el espacio a su alrededor. Las plumas brillaban tenuemente bajo la luz de los relámpagos, cada una perfectamente colocada, como si hubieran sido diseñadas para este momento. Adam levantó la vista, sus ojos dorados se fijaron en las alas con una mezcla de confusión y fascinación.

Lucifer se sintió vulnerable bajo esa mirada. Era raro para él mostrar sus alas de esa manera, especialmente a alguien que no fuera su hija o cuando era realmente necesario. Pero con Adam, todo era diferente.

-Es para que te sientas más protegido -explicó Lucifer, su voz apenas audible.

Adam inclinó la cabeza ligeramente, como si considerara sus palabras, y luego, para sorpresa de Lucifer, se apoyó lentamente en él. La cabeza de Adam, pesada y cálida, se posó suavemente sobre la de Lucifer, como si buscara refugio no solo en las alas, sino en el mismo Lucifer.

𝙴𝚕 𝙹𝚊𝚛𝚍í𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚊𝚜 𝙰𝚕𝚖𝚊𝚜 𝙿𝚎𝚛𝚍𝚒𝚍𝚊𝚜  [AdamsApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora