capitulo 25

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Farasha:

Me desperté con un silencio inusual. La casa parecía contener la respiración.  Me levanté, la cama aún fría bajo mis piernas, y caminé hacia la cocina.  Papá estaba sentado a la mesa, con una taza de café humeante en la mano y el periódico desplegado a su lado. El aroma a café recién hecho se mezclaba con el olor a tostadas.

Me senté frente a él.  Su mirada se posó en mí, cálida y expectante.  "¿Cómo te fue en el viaje?", preguntó, su voz suave como siempre.

"Bien, papá," respondí, aunque la palabra sonó un poco hueca.  "Pero me alegra estar de vuelta."  Evité su mirada, jugando con el borde de la taza.

Él asintió, pero no dijo nada.  El silencio se alargó, pesado y cargado de preguntas sin formular.  Finalmente, dijo: "¿Qué pasó, hija?  Tu madre me contó que regresaste antes de lo previsto."

Suspiré, y le conté sobre la discusión con mamá, la tensión acumulada, las palabras hirientes.  Papá escuchaba atentamente, su expresión seria, sin interrumpirme.  Solo asentía de vez en cuando, con pequeños movimientos de cabeza, como si cada palabra fuera un peso que cargaba sobre sus hombros.

Cuando terminé, un silencio incómodo se instaló entre nosotros.  Luego, papá dijo, con una expresión que no pude descifrar: "¿Y Jacob? Jasper me dijo que tenías novio.  ¿Es él?"

Mis mejillas se sonrojaron.  "No, papá.  Jasper exagera. No tengo novio."  Mis manos se apretaron sobre la taza, sintiendo el calor del café como un consuelo.

Él me miró, con una mezcla de preocupación y escepticismo en sus ojos.  "Está bien, hija. Te creo... pero ten cuidado, ¿sí?"

Asentí, un nudo en la garganta.  No le había contado toda la verdad, y la culpa me carcomía.  Pero no quería preocuparlo más.

Justo entonces, mi teléfono vibró.  Era un mensaje de Jacob:  "Buenos días, ¿lista para buscar universidad hoy?"

"¿Hoy?", murmuré, sorprendida.  La idea de buscar universidad hoy mismo no se me había ocurrido.

Jacob respondió: "Exacto. Ponte linda, en un rato paso por ti."

Me levanté de la mesa, dejando la taza casi intacta. El corazón me latía con una mezcla de nerviosismo y emoción.  "Me voy, papá," dije, más como una pregunta que una afirmación.

Papá me miró, con una expresión difícil de leer.  Un gesto casi imperceptible en sus labios, una arruga en su frente.  "¿Sales con Jacob?", preguntó, su voz apenas un susurro.

Me detuve en la puerta de mi habitación, volviéndome hacia él.  "Sí, papá," respondí, sonriendo con timidez.  Sentía la mirada inquisitiva de mi padre en mi espalda.

Él asintió lentamente, sus ojos llenos de una mezcla de amor y preocupación.  "Cuídate, mi amor," dijo, su voz más cálida ahora.  "Estás... hermosa."

Un calor me subió a las mejillas.  "Gracias, papá," dije.  "Te quiero."

"Yo más, hija," respondió, y su sonrisa me tranquilizó.

Entré a mi habitación, el eco de sus palabras resonando en mis oídos.  Me vestí rápidamente, eligiendo un vestido ligero y fresco.  Mientras me miraba en el espejo, un mensaje de Jacob apareció en mi teléfono:  "Te espero una cuadra antes de tu casa."

Dudé un instante.  "¿No puede venir a casa?", pensé.  Respondí rápidamente: "No te preocupes, papá sabe que salgo contigo. Puedes venir."

Unos minutos después, Jacob estaba allí.  Se bajó del auto, saludó a mi papá con una sonrisa respetuosa, y luego se acercó a mí, abriendo la puerta del coche con un gesto caballeroso.














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⏰ Última actualización: 4 hours ago ⏰

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