Mi Meraki

capitulo 14

Farasha:

Hoy es el día. El día en que tengo que irme. Me siento como si una parte de mí se estuviera desgarrando, un nudo de tristeza y ansiedad aprieta mi garganta. He preparado el hormiguero que había comprado especialmente para él.

Lo envolví con cuidado, como si estuviera envolviendo un pedazo de mi corazón, y lo he colocado en mi bolsa.

Mientras alisto mis pertenencias, no puedo evitar pensar en Jacob. Me pregunto si él vendrá a despedirse, si me buscará antes de que me vaya. La idea de no verlo de nuevo me llena de un vacío tan profundo que me duele respirar.

Recuerdo la forma en que me miraba, la forma en que me sonreía. Recuerdo la sensación de estar en sus brazos, de sentir su calor y su protección. Esos recuerdos ahora son como fantasmas, hermosos y dolorosos a la vez.

Pero ahora tengo que irme. Tengo que dejar atrás todo lo que conocí, todo lo que amé. Preferí no decirle nada sobre que me tenía que ir, no por él, si no por mi. Quizás al decirle ya no iba a querer pasar esos días conmigo, quizás se iba a ir. Mi familia decidió irse de la ciudad. El negocio familiar no iba bien, y mi padre tenía que arreglar unos problemas con accionistas fuera de la ciudad. Jasper también se va con nosotros, en busca de un trabajo estable.

Subimos las últimas pertenencias al auto y nos dirigimos a la estación de buses. Miro el reloj con ansiedad, viendo cómo se acerca la hora de marchar. Pero no hay rastro de Jacob.

"¿Y si no viene?", pienso, sintiendo una punzada de dolor en mi corazón que se extiende como una grieta por todo mi cuerpo.

La hora de partida se acerca y comienzo a perder la esperanza. Miro a mi alrededor, buscando a Jacob en la multitud, pero no lo veo por ninguna parte. Las lágrimas se acumulan en mis ojos, calientes y saladas, como el mar que se agita en una tormenta.

"¿Por qué no vino?", me pregunto, sintiendo un nudo en la garganta que me impide hablar.

Jasper me abrazo pero no me preguntó porque lloraba, supongo que pensó que era porque estaba triste de dejar la ciudad en la cual crecí.

La estación de buses comienza a anunciarse por megáfono que el autobús está listo para partir. Me rindo, sabiendo que no puedo esperar más. Me subo al autobús, llevando conmigo el hormiguero. La carta, con las palabras que nunca le diré, la tiré a la basura, como si con ella estuviera tirando mis esperanzas.

Fui atrás de Jasper y nos subimos, mientras el autobús se aleja de la ciudad, miro por la ventana, viendo cómo se desvanece la figura de la ciudad que había sido mi hogar durante tanto tiempo. Y en mi corazón, una parte de mí se desvanece también, la parte que había pertenecido a Jacob.

"¿Por qué no vino?", me pregunto de nuevo, sintiendo un dolor profundo en mi alma que me arrebata el aliento.

El autobús continúa su camino, llevándome lejos de Jacob, lejos de la ciudad que había sido mi hogar. Y yo me quedo con la pregunta que no tiene respuesta, con el hormiguero sin entregar y con la carta que nunca será leída.

"Cada vez más me alejo, y con cada kilómetro, el dolor en mi pecho crece y el vacío se hace más profundo. Me atormenta pensar en lo que podría haberle pasado, ¿no me quiere ver más? ¿Habrá tenido un accidente? La culpa me consume, y no puedo evitar preguntarme: ¿hubiera sido diferente el final si no hubiera esperado a que él me buscara y hubiera ido a buscarlo yo misma? La incertidumbre me devora, y el 'qué hubiera pasado si' se repite en mi mente como un eco sin fin."

"Mi corazón se deshace en la niebla de la ausencia, mientras la distancia me roba la esperanza y el tiempo me arrebata la ilusión de volver a encontrarte. Cada segundo que pasa es un susurro de adiós, cada kilómetro que me aleja de ti es un lamento de despedida. La incertidumbre es un abismo que me traga, y yo me quedo suspendida en el vacío, sin respuestas, sin consuelo, sin ti."