capitulo 18

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Farasha

Me desperté temprano, estiré mis brazos con una pereza deliciosa y me senté en la cama. El sol de la mañana se colaba por la ventana, pintando el cuarto con una luz cálida que me invitaba a empezar el día. Tomé mi celular y vi que tenía mensajes de Madison y también de Wandel, con sus habituales buenos días. Contesté rápidamente, con una sonrisa en los labios, y luego dejé el celular a un lado. Me levanté y fui a la cocina a desayunar. Mi padre ya estaba allí, tomando su café con la tranquilidad de siempre.

"Farasha, esta carta es para ti", dijo, mientras me entregaba un sobre blanco. "La han dejado en la oficina hace algunos días. No tiene nombre de quién lo envió, solo tu nombre."  Su voz tenía un tono peculiar, como si estuviera esperando una reacción de mi parte.

Mi hermano Jasper, que estaba sentado en la mesa, me miró con curiosidad. "¿De quién es la carta?", preguntó, mientras se inclinaba hacia adelante, con los ojos brillantes de intriga.

"No lo sé", le dije, mientras tomaba la carta. "Voy a leerla en mi habitación cuando termine de desayunar." La carta era lisa, sin ningún sello que la distinguiera.  La textura del papel me pareció familiar, pero no podía recordar dónde la había visto antes.

Jasper frunció el ceño. "Déjame ver", dijo, mientras extendía su mano. Su impaciencia me irritó un poco, pero no quise discutir con él.

"No, voy a leerla sola", le dije, mientras me alejaba. "No es necesario que la leas tú también."

Jasper me miró con extrañeza y siguió insistiendo, pero no quería que él supiera nada sobre la carta hasta que yo misma supiera qué contenía. Subí a mi habitación, cerré la puerta con un clic y me senté en la cama, con la carta en mi mano.

¿Quién podría haberla enviado? Y qué podría decir? Mi corazón latía con anticipación  mientras abría el sobre y sacaba la carta.  Era un papel de una libreta.

Mis dedos temblaban mientras abría la carta. Era como si el tiempo se hubiera detenido, volviendo a ese momento en el que todo se derrumbó.  Un escalofrío me recorrió la espalda al leer las palabras.

"Hola Farasha". 

Era su letra, inconfundible, como si la tuviera grabada en mi memoria.

"Espero que seas tú quien esté leyendo esta carta, quiero decirte que he estado buscándote durante mucho tiempo, y finalmente he podido encontrar tu paradero.

Un nudo se formó en mi garganta. 

"Me gustaría explicarte algunas cosas sobre lo que pasó entre nosotros. Me arrepiento de no haber leído tu carta a tiempo y de no haber entendido lo que estaba sucediendo." 

Mi mente se llenó de imágenes de ese momento, de la carta que le escribí, de la esperanza que puse en esas palabras.  ¿Cómo podía no haberla leído?  ¿Cómo podía haberme dejado ir sin siquiera una explicación?

"Me gustaría tener la oportunidad de hablar contigo y explicarte todo. Desde hoy, voy a ir al parque central de Leicester todos los días, con la esperanza de que puedas encontrarme allí. Me gustaría tener la oportunidad de hablar contigo y pedirte perdón por mi error. Ojalá me des la oportunidad de explicarme." 

¿Había estado buscándome todo este tiempo? ¿Cuánto tiempo había pasado? Las palabras se me clavaron en el alma, reviviendo un dolor que creí haber superado.
¿Qué debía hacer?  ¿Debía ir a verlo?
La culpa se reflejaba en sus palabras,  pero no sé si yo estoy lista, seguramente cuando lo vea todo lo que hice para olvidarlo se irán a la basura.

Sus palabras se me quedaron grabadas en la mente, como un eco que resonaba en el vacío de mi corazón.

Cerré la carta con manos temblorosas.  Un torbellino de emociones me invadió: dolor, confusión, miedo.  No sabía qué hacer, pero una cosa era segura: que me sentiré culpable si lo ignoro siendo que el siempre espera en el parque y un poco de culpa también tengo yo, también tengo que darle una explicación.

Mi MerakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora