Capítulo treinta y tres: Una noche en Madrid.

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The New York Times.

Scarlett Blackwood: ¿Funeral en vez de premiere?

Por: Emma Thomson.

El día anterior al ayer fue la fecha dada para la muy esperada premiere de la segunda entrega, de la afamada trilogía "Los juegos del Hambre" de Suzsanne Collins. Las luces, las cámaras, y los actores comenzaron a desfilar por una excelentísima alfombra. La tarde era prometedora, y las estadísticas apuntaban a un éxito rotundo.

Teníamos a Liam, a Josh, al director Gary Ross y a la mismísima Suszanne en el inicio de la alfombra, pero ¿Quién faltaba? Nada más y nada menos que la nueva y misteriosa protagonista: Scarlett Blackwood.

"Al principio, creímos que su demora era a causa del tráfico, o porque los nervios la habían consumido" Puntualizó Josh Hutcherson, protagonista del filme.

Sin embargo, lo que detuvo a nuestra protagonista no fueron ni el tráfico ni los nervios.

"Cuando recibí la llamada" contaba con voz nerviosa, Gary Ross "creí que se trataba de una broma, ¿Cinco autos persiguiéndolos por todo NY, con armas de grueso calibre, y disparándoles a matar? Obviamente que le dije que debía dejar el trago".

Pero Scarlett no había bebido siquiera la más mínima gota de Ron; en efecto, Scarlett había sido el blanco de un ataque terrorista. Según los hechos, se dirigía a la premiere cuando cinco autos comenzaron una persecución de alto peligro por el Madison Square Garden. A bordo del auto, además de ir Scarlett, iban su amiga April Tree, y el conductor del cual se desconoce su identidad.

"Es indudable, que tuvo un excelente chofer" Señaló Hayden Parker, del departamento de F.B.I. "Iniciaremos las averiguaciones del asunto, para dar con la mente principal del asunto".

Scarlett Blackwood no sólo salió ilesa; sino que también preparada para asistir a la premiere, que ahora se celebrara en Madrid, España.

¿Habrá otro intento de persecución?

¿O todo se lo debemos a un truco publicitario?

Lo dejamos al criterio del lector.

Terminé de leer y sentí un extraño vacío en mi interior. Me sentía como si fuera la primera vez que leía aquella cronológica, cuando no me había separado de ella durante todo el camino de Nueva York a Madrid.

Arrojé el periódico hacía un lado de la cama, y me abracé a mí misma; sentía frío a pesar de estar en una ciudad calurosa a mitad de verano. Y el frío no era más que otra alerta del miedo por el que aún pasaba. Todavía podía jurar que veía gente observándome desde cualquier esquina de mi dormitorio. Era tenebroso, cansado y demasiado molesto tener que vigilarme, y cuidarme, a pesar de que Gary me había obligado a contratar un equipo de seguridad que velaba por mí las veinticuatro horas. Según esto, ahora estaba segura.

El timbre de mi celular me saca de mis pensamientos.

— ¿Cómo está mi princesa hermosa?

Sonrío como tonta, y niego con la cabeza divertida.

—Robert Downey Jr, ¿Necesitas dinero? —bromeo.

—No —dijo, de pronto en tono muy serio—. Te necesito a ti.

—Demasiados halagos, Robert —me mordí mi labio, algo incómoda, aunque en realidad, era porque no estaba acostumbrada a recibirlos. A que me trataran así.

—Es que en serio te necesito, hoy, a las nueve.

— ¿Es una...Una cita? —susurré, frunciendo el ceño; desde mí último viaje en auto, no había tenido muchas ganas de salir.

El pasado jamás se olvida [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora