Capítulo seis: El nuevo profesor.

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P.O.V. Scarlett.

— Maldito zapato —Maldije cuando se me salía al intentar calzármelo. Se me estaba haciendo tarde para ir a trabajar.

— ¿Scar? ¿Estas bien? —Preguntaba Richard, que ya tenía su mochila a la espalda, listo para que lo dejara en la escuela.

—Si, adelántate espérame haya en la puerta, bajo en unos segundos —Decía con dificultad. El pequeño asintió obediente y bajo. Dejándome en mi habitación intentando ponerme el odioso zapato.

Después de 5 minutos de trabajo, había logrado con satisfacción calzarme mi zapato. Aquello había sido extraño, pero no había tiempo de ponerse a pensar, era preciso salir en aquel momento, y quizá así con mucha suerte, solo ganara un pequeño regaño por parte de mi amada jefa.

— ¡Scar! —Escuché el grito de mi pequeño hermano.

— ¡Ya voy! —Grite apurada, mientras ordenaba las cosas en mi bolsa.

— ¡Es que...! —Alcance a escuchar cuando estaba ya en el recibidor.

— No te preocupes, ya llegue, si no te dejan entrar yo hablare con el maestro —Decía mirando aun mi bolsa, esperando no me faltase nada.

— Buenos días —Saludó una potente voz masculina, que mi cerebro reconoció al instante. Por instinto gire la cabeza hacia donde el. Y ahí estaba, elegante y sencillo a la vez. Con una sonrisa casi inexistente, me hacia obtener una confianza que no había sentido con nadie mas, ni siquiera con mis amigos.

— Eh... Buenos días, señor —Respondí atontada. ¡Genial! Ahora iba a parecer una idiota delante de el.

— Se parece mucho a ti —Decía mientras revolvía el rubio cabello de mi hermano. Yo solo sonreí.

— Si, bueno es igual a mi padre —Conteste apenada. El sonrió ampliamente. Y luego miro a mi hermanito.

— Me supongo, estudias ¿Verdad, hijo? —Le dijo. ¿Hijo? Se escuchaba tan bien esa palabra en el, vaya. Me encontraba emocionada, y no sabia por que.

— Si... de hecho íbamos camino a la escuela.

— ¿Ah si? ¿Ves el coche de allá enfrente? —Dijo señalando un coche negro. Mi hermanito asintió.— Pues bien, corre y súbete, te llevare al colegio —Al acto mi hermano, sonrió y desapareció corriendo hacia él.

— Es usted una muy buena persona —Le dije al sentir su atención en mí. El solo sonrió de seguro al verme tan extraña.

— Veras, Scarlet ¿Puedo llamarte por tu nombre, cierto? —Pregunto. Sentí que me derretía, al escuchar mi nombre en una voz tan grave. Yo asentí.

— Bien, Scarlet. Mi hermana, no le agrada mucho la idea de que estudies, y te pague a la vez —Dijo sincero— Así, que dejaras de trabajar —Carraspeo. Yo sentí que el mundo se hundía a mis pies, pero no hubo tiempo de reclamar— Y estudiaras, en el RADA , además de pagarte. No te preocupes —Se apresuro a decir. Lo veía, escuchaba y no lo creía. Una sonrisa cubrió mi rostro, y la emoción era tanta, que sentía la necesidad de gritar. Cosa que no podía hacer, pues quedaría como una loca. Así que hice lo primero que se me vino a la mente; Abrazar a Depp.

Por un instante, el mundo se borro, y solo sentía que el era todo el mundo. Sin embargo me separe rápidamente, por temor a haber hecho algo incorrecto. Pero ahí estaba el, sonriendo como si nada.

— Lo siento, solo que... ¡Wow! —Me defendí emocionada. El asintió.

— Si, lo se. Te entiendo, si me hubieran dado una oportunidad así hubiera hecho lo mismo —Contesto algo sonrosado. Sonreí y recordé que traía algo en mis manos.

— Esto es suyo —Le dije extendiéndole el saco que me había prestado para cubrirme del frio. Él lo tomo y se lo echo al hombro.

— Bien, ¿Nos vamos? —Me pregunto, yo asentí. Salí primero seguida de él. Subimos a su coche, y le indique donde estaba la escuela de mi pequeño hermano. Al llegar, este bajo y con una manita, me dijo adiós con ternura. ¡Como amaba a ese pequeño! Después condujo al RADA. Aunque estaba feliz, no sabia exactamente que iba a hacer, pues yo no era actriz. O no tenia dotes para la actuación. Al llegar detuvo el coche. Me abrió la portezuela del carro y bajamos al amplio lugar. Lleno de interminables salones y un poco vacio.

— Bien, aquí estudiaras, por unos cuantos meses. Después vendrá la prueba de selección, donde tomamos a los mejores y los depositamos en obras de teatro de calidad —Me explicaba mientas recorríamos la escuela— Para que así, su ascenso a la fama, sea fácil —Yo asentía a todo lo que decía.

— Esta bien —Dije. Caminamos un poco mas, hasta detenernos en un aula.

— Este de aquí, será tu salón. Asignamos a todos por salón, un único salón donde se hace de todo. Y un solo profesor para cada grupo. Este es el tuyo, en lo personal —Dijo sonriente— Te asigné a un gran profesor y un buen amigo. No importa si al principio su facha de americano te asusta, él es muy bueno actuando, los americanos somos buenos —Yo asentía sonriente ¿Quién podía ser?— Te dejo en buenas manos —Guiño un ojo y salió. Yo asentí y toqué a la puerta...

— Adelante —Dijo una voz muy masculina y firme. Por primera vez, sentí pánico en mi vida. Levemente empuje la puerta, había cerca de diez o mas estudiantes, para después dirigir mi mirada a mi tutor.

 Era de edad mediana y algo alto, llevaba unas gafas de sol y una barba de tres días. Sonreía enormemente y con su peinado alborotado le daba un toque único de locura. Aunque era un icono del cine, mi pobre mente no logró reconocerlo.

— Buenos días — me saludó— Llegas a tiempo, apenas iba a presentarme, toma asiento —Me invitó. Yo sonreí y asentí. Me senté en el primer lugar vacio que encontré. El profesor cuando notó que estábamos ya todos en nuestros lugares. Se puso en pie y delante del escritorio.

 — Buenos días clase. Soy su ammm Tutor, amigo y profesor de arte dramático...

 — Y no sé le olvide, multimillonario, filántropo y playboy —comentó un alumno. La clase rió y el profesor sonrió de lado.

 — Así es, soy Tony Stark pregunten lo que quieran...

 — ¿No resolvía crímenes? —preguntó otra chica. Él la señaló con el dedo y asintió un momento.

 — También.

 — ¿Cómo es eso posible? —preguntó otro chico. El profesor sonrió y tomo un gis para comenzar a escribir en la pizarra su nombre.

 —Es posible, porque antes de Tony y de Sherlock, yo soy... —dijo y se volteó a vernos con su nombre detrás— Robert Downey... —hizo una pausa dramática— Junior... —y la clase rió y yo con ella, era muy simpático.

 —Chicos estoy aquí, para hacerlos el futuro del cine. Si lo se, algo muy difícil. Pero no imposible —Dijo guiñándonos un ojo. Yo en lo personal lo miraba embobada. Me parecía enloquecedor. Pero solo eso. Aunque, creo que mas que eso, pues mi imaginación había visto que me había sonreído después del guiño ¿O era mi imaginación?

El pasado jamás se olvida [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora