Sí, la vida daba muchos giros y vueltas irremediables, parecía que fue ayer cuando había visto morir a sus padres en manos de unos atacantes, parecía que fue ayer cuando tenía doce años y se vio obligada a cuidar de Richard y de Peter, sus pequeños hermanos de uno y tres años, pero ahora era todo tan real, la escena se pintaba de nuevo gris y sangrienta, los gritos de una mujer la hicieron enloquecer.
"¿Mamá? ¿Papá? ¿Dónde están?"
— ¡Scar! ¿Estas dormida? ¡Despierta llegaremos tarde a clase! —Gritaba el ya no tan pequeño Richard de ahora diez años. Parpadeo, y se estiró. Se apuró a levantarse. Miró el reloj ¡Ya eran las 7:30 am! Definitivamente, la escuela no iba a ser el único lugar al que llegaría tarde. Sin pensarlo dos veces se vistió el uniforme rosado que indicaba pertenecer a la servidumbre de la casa de la familia de la señorita Debbie Depp.
Con bastante rapidez logró ponerse los pendientes, y salir de su habitación, compuesta por una cama y una mesita de noche. Salió pues a la pequeña cocina a preparle el desayuno a sus hermanos. Los pequeños de doce y diez, estaban bostezando.
— ¿Cómo durmieron? —Preguntó al verlos con aquellas caras largas.
—Bien —Dijo Peter algo agresivo. A sus doce años había desarrollado una conducta muy rebelde, qué a veces, deprimía a Scar porqué lo quería mucho.
— ¿Y tú, Richie? —Preguntaba mientras depositaba los waffles sobre el plato de ellos. Debía de admitir que su sueldo no daba para mucho, pero por lo menos no se morían de hambre.
—También bien... —Respondió sonriente, aunque algo triste, definitivamente, nadie olvidaría a sus padres.
—Desayunen pronto, que hoy debo de trabajar un poco más —apuró ella mientras se quedaba de pie recargada en la estufa. Hacia bastante frío allá afuera, y no le hacía nada de gracia el tener que quedarse un poco más, pero según su jefa, alguien importante iba a asistir a casa, y debía la servidumbre ayudarle a organizar una fiesta.
— ¿Por qué? —Preguntó el inquieto Richard.
— ¿Eh? Ah, vamos a organizar una fiesta —Respondió para después dar un sorbo al jugo de naranja que tenía a un lado, que era su único desayuno.
— ¿Alguien cumple años? ¿Traerás pastel? —Preguntó de nuevo, revolviéndose en su lugar, entusiasmado. Scarlett negó sonriendo, mientras se acercaba a la mesa.
—No, es por algo más, pero bueno ¿Ya terminaron? Vámonos —recogió los platos, apurada, a la vez que ambos se levantaban de la mesa y se dirigían a la calle.
— ¿Sabes? Ya tengo casi trece años, aún no entiendo porque me acompañas a la escuela —Soltó Peter al llegar a la escuela, un poco molesto al ver que varios alumnos se le quedaban viendo con una cara de burla.
—Pues, por cuidarte...
— ¿Cuidarme? Ya estoy muy grande como para que me cuides...
—No te quejes, anda vete, no se te olvide ir por Richie...—le recordó. Lo vio irse, a la vez que se ponía en plan de marcharse. Peter susurró algunas palabras incomprensibles, para después alejarse con la música a todo volumen directo a clases.
Scarlett caminaba con las manos en los bolsillos, el clima en Londres era bastante helado y su pequeño chaquetón apenas le cubría del frio. Pero no se quejaba, sin duda, sus hermanos estaban primero antes que ella, daba gracias a Dios que sus padres les hayan dejado una pequeña muy pequeña casa de tres habitaciones, que después tuvo que sacar adelante, si no fuera porque su madre trabajaba con la señora Debbie Depp, entonces de seguro que habrían terminado muertos los tres.
Al fin, después de haber caminado bastante, llegó a la mansión deseada, situada en uno de los barrios más ricos de Londres, sin duda alguna, aquella casa despertaba no pocas envidias entre los transeúntes.
—Hola Rudolff —Saludó ella sonriente al portero, un hombre fornido y alto, con un aire de matón, sin embargo se transformó ante la chica rubia a un corderito amable.
—Buen día Scar, ¿Mucho frío, no?
—No tanto —Scar se encogió de hombros con una pequeña sonrisa.
—Entra, la señora esta como loca...—siseó el portero entre risas, ella sonrió al imaginárselo.
—Pues no la hagamos esperar —murmuró, mientras traspasaba las rejas que aguardaban tras de sí el inmenso jardín verde a pesar del frio.
—Por cierto, ¿Tú crees que la fiesta sea por navidad? —Preguntó Rudolff. La chica se giró a verlo y negó.
—No sé, no lo creo, nunca antes se había puesto así por Navidad...
—Mmm que extraño...
—Bueno, nos vemos al salir —Repuso Scar mientras le daba un saludo con la mano, él asintió y después de ver como se alejaba, volvió a su postura de tigre.
Al entrar, fue sorprendente ver algo así, la servidumbre corría por toda la enorme y amplia casa, los mayordomos, altos y rígidos, corrían de un lado hacía otro. Las sirvientas llevaban bandejas y caminaban, otras barrían rápidamente, mientras que algunas limpiaban con plomeros la casa. Scarlet se quedó sorprendida, ¡Jamás había visto tanto movimiento en aquella casa! Pero apenas sí tuvo tiempo de ponerse a observar, pues rápidamente llego a su lado la causante de aquel lugar caótico.
— ¡Aquí estas! ¿Dónde estabas? —Preguntó exaltada la mujer. Scar se dignó a mirarla e intentó no reírse ante aquella situación apretando la mandíbula.
—Perdón, es que mi hermano tuvo un percance en el colegio... —Se disculpó con Debbie Depp. Deb suspiró y asintió leve.
—Está bien, ponte a trabajar ¡Pronto! —Ordenó, alejándose para reprender a algunos mayordomos que habían tropezado. Rápidamente, se acercó a su amiga, Rose, la cual barría intensamente cerca de la sala de estar. Cogió una escoba y se acercó a ella, imitando sus movimientos.
— Hola Rosie —Saludó Scarlett moviendo las caderas. Rose la miró y sonrió leve.
— ¿Qué tal Scar? —Contestó, apenas sí podía hablar.
— ¿Por qué tanto movimiento? ¿Acaso va a venir el presidente? —Preguntó entre algunas risas, su amiga negó.
—Alguien más importante aún....—Susurró mientras atendía a su quehacer. Scarlett se quedó meditabunda ¿Alguien más importante? ¿Quién podría ser?
— ¿Alguien más importante? ¿Pero quién...?.
—Su hermano...—Dijo algo desesperada.
— ¿Daniel?
—No, el otro... —Scar frunció el ceño. No sabía que su jefa tuviera otro hermano.
— ¿Entonces quién? —Preguntó un tanto desconcertada, ella sabía que su dueña era sola. Jamás había mencionado un hermano en su vida.
— ¿Cómo qué quién? El señor Johnny Depp...—Contestó Rose exaltada. Scarlet frunció el ceño, desconcertada.
— ¿Johnny? Jamás lo había escuchado nombrar... —Respondió con naturalidad, a lo que su amiga se detiene en seco y se le queda mirando con los ojos abiertos.
— ¿Qué? —Preguntó al ver la mirada tan extraña de Rosie.
— ¿No sabes quién es Johnny Depp? —Interrogó con un tono lleno de incredulidad. Scar negó.
—Mmmm no, no me suena.
— ¿Qué te pasa? ¡Es un gran actor, Ídolo, muy guapo, papito! —Respondió su amiga exaltada. Scarlett rió por como lo expresó.
— ¡Perdón! Ya sabes que jamás me intereso por películas, actores, cantantes...
—Etc... etc... Lo sé, pero pensé que lo sabías, ya que trabajas aquí desde hace mucho...
—Mmm no, no sabía, pero gracias por decirme —Contestó sonriente, su amiga asintió mientras volvía a barrer. Así que por eso tanto alboroto, el tal Johnny Depp. Debía de ser alguien muy querido puesto que jamás había visto tanto movimiento en aquella casa.
Time
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El pasado jamás se olvida [#1]
FanficScarlett Blackwood no era una típica joven de su edad: Todas las noches la misma pesadilla funesta sobre el homicidio de sus padres la cubría como un negro manto, y la hacía despertar, para caer bruscamente a una realidad que no estaba segura fuera...