Capítulo trece: El comienzo.

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Era una de las Noche Buenas más frías que habían existido en Londres, pero a pesar del frío, en el teatro principal del Royal Academy Dramatic Art los abrigos sobraban, al igual que las boinas y las bufandas. Porque los nervios consumían en ardiente fiebre a los que aquella noche demostrarian el porque estaban ahí.

El público compuesto principalmente por los padres de familia y los medios de prensa, sonreían ansiosos por ver quizás las mejores actuaciones de sus vidas. Y al frente, situados en el centro estaba el elegante y enigmatico jurado, que en silencio y con una sonrisa esperaban los futuros talentos de Inglaterra, para el mundo.

Pero tras bambalinas las cosas no estaban tan tranquilas como las ocultaba el telón. Jovenes corriendo de un lado a otro, desnudos o semi. Gritando, riendo y llorando. Las lágrimas y risas mezcladas en un sólo sentimiento; Euforia, y en un sólo objetivo; Ganar. Y en un compartimiento de éstos... Estaba yo. Y no estaba excenta al sentir de los demás, me sentía igual o incluso peor. Mi rostro estaba embellecido aún más gracias a un maquillaje un poco fuerte, mi figura estaba perfectamente moldeado al vestido verde escarlata, como sí... como sí hubiera sido hecho a mi medida. Mi cabello caía gracilmente por mi espalda, en graciosos rizos.

Sentada, repasaba con rápidez mi monólogo. Había durado arduas horas buscando algo especial para presentar, y había encontrado aquél monologo que me había parecido muy interesante, pequeño y fácil de interpretar. Sólo rezaba y el resto sabía que estaba en manos de la suerte. 

— ¡Chicos, es hora! —gritó uno de los panelistas al corredor donde se encontraban todos los camerinos, despertando ansias y nervios en los que aguardaban dentro de éstos— ¡Todos los grupos aquí, salgan rápido! —vocifereaba. Atendí prontamente al llamado, al igual que el resto del alumnado. Caminaba con algo de dificultad, ya que nunca usaba tacones tan grandes. Había un fuerte olor a perfume en el ambiente, y personajes de todo tipo; Caballeros con armaduras, principes, princesas... Chicos y chicas trajeados con pequeñas, grandes producciones, y Músicos con guitarras, violines... En éste último grupo intenté buscar a Noah para no morirme sola de los nervios, pero su cabello pelirrojo no se veía por ningún lado.

—Chicos, primero van los músicos por orden de lista —nos indicó el panelista y todos lo veíamos— Después van los Directores, y al final los actores. Por favor sean pacientes ¿Entendido? —Asentimos, y él sonrió— ¡Buena suerte entonces! —murmuró. Por alguna razón, aplaudimos. Y entonces casi un minuto después escuchamos la voz del señor Depp.

—Buenas noches... —seguro él era el anfitrión— Es un orgullo para mí, presentar a los siguientes talentos... Todos hijos de Inglaterra... Un gran, gran país. Éste es el futuro del mañana, del cual estoy seguro, no habrá ninguna falla... —hubo un leve interludio de aplausos y luego prosiguió hablando, pero no pude escuchar más.

— ¡Miren, es Scar! Y luce un buen vestido...—murmuró junto a sus amigas. Yo me giré y rodé los ojos. Nunca, nunca me dejarían en paz. Megan portaba un vestido rojo muy cortito, y sus amigas igual. Alzé una ceja y me crucé de brazos.— ¿Mendigaste para conseguirlo? —preguntó. Yo sonreí.

—Por lo menos no me acosté con otro tipo para conseguirlo —susurré y me alejé de ahí, no quería tener malas vibras antes de empezar. Así que mejor fui a la fila de los músicos a buscar a mi amigo Noah. Pero no estaba. Busqué y rebusqué en la pequeña fila, y no estaba. Fruncí el cejo extrañada.

—Mía Gamesby, pase al escenario —se escuchó. Mí amigo iba en seguida.

—¡Scar! —gritó Noah. Yo me giré a verlo  y sonreí ampliamente. Venía muy elegante, completamente de negro. Extendí mis brazos hacía él y le di un pequeño abrazo, el cual me respondió enseguida. 

El pasado jamás se olvida [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora