P.O.V Scarlett
Pasaban los interminables minutos, primero Rosie y yo nos dedicábamos a barrer, luego pasamos al aseo de una colección de guitarras, pues al parecer el señor Depp era amante de tocarlas. Yo había aprendido a tocar el piano y a afinarlo gracias a mi padre, el cual era un músico, por ello yo me dedicaba a cuidar de él. Después llegamos a lavar los pisos, sin duda el trabajo era agotador, hasta que reparé en que faltaba la presencia de alguien.
— Rosie... ¿Donde esta Danny? —Pregunto, al ver que no esta entre los sirvientes, ella se limpia el sudor con el dorso de la mano y luego me ve.
—Creo que esta en la cocina, no te preocupes, en cuanto terminemos, iremos a con el —Me dice para tranquilizarme creo, ella sabía perfectamente que Danny era como mi mejor amigo, nos conocíamos de pequeños, pues nuestras madres se conocían y eran amigas, y fue así como crecimos juntos, siempre protegiéndonos el uno del otro, sin importar nada, se había vuelto, por así decirlo, una parte vital de mi. Yo asiento y regreso a nuestro duro trabajo.
Después de lavar los pisos, seguimos con las ventanas, había que sacudirlas, y limpiarlas, por último, en la noche nos dedicamos a un aseo rápido del jardín, pues al parecer el señor Depp, llegaría por la noche, para la fiesta del día siguiente, eso era diversión para los ricos, pero para nosotros, Rosie, Danny y yo, era solo trabajo, trabajo y más trabajo.
Al fin, terminamos nuestro trabajo, y nos dirigimos a la cocina, para poder tomar un poco de aire. Entonces lo veo, ahí estaba él, con sus rizos negros, al aire, y ojos azules, típicos de los londinenses, corrí hacía él mientras lo abrazo, ante una inquisitiva mirada de Rosie.
— ¿Dónde estabas Dan? Te extrañamos, pensamos que trabajarías con nosotras en el aseo, igual que siempre —Le suelto, él sonríe y me quita un mechón de la cara.
— Lo siento Scar, pero al parecer me han ascendido... —Dice con una sonrisa, yo me cubro la boca con ambas manos, festejando su alegría.
—¿En serio? ¿Que serás ahora? —Le pregunto emocionada, el sonríe con modestia.
—Solo pase de limpia pisos, a Mozo —Dice, mientras nos muestra el uniforme. Yo lo abrace de nuevo.
—Wow que emoción —Dice sarcástica Rosie, yo pongo los ojos en blanco.
—No le hagas caso, estamos cansadísimas, jamás en lo que tengo de vida he trabajado como hoy—Le digo a él. Asiente y se revuelve el cabello largo y negro.
—Sí, y mañana seria un día muy feo...
—Gracias por darnos ánimos —Le espeta Rosie. Yo sonrío y luego lo miro.
—Lo siento, pero ya saben, ricos extranjeros, con sus raros acentos de otros países, perritos mimados a los que sacamos a pasear, borrachos y humo por doquier —Dice con un tono de lamento, yo trago saliva recordando las fiestas pasadas, pocas pero horrorosas.
— Y ¿Tú crees que así sea el hermano de la señora? —Le pregunto a Danny, él y Rosie niegan.
— No lo sé, pero... ¿Por qué no? Es un rico más, sólo que actor, ¿Cual sería la diferencia? —Dice Danny en tono indiferente.
—Quizás, sea excéntrico —Me dice Rosie, yo alzo la ceja.
— ¿Excéntrico? —Pregunto.
—Si, ya sabes... Le fascina el arte, y se viste raro.
—Sin olvidar sus coches extravagantes de los años 20 —Agrega Danny.
—Y los puros enormes —Dijo Rosie, yo no sabia si sonreír o temer.
—En fin, hablando del rey de roma —Dice Danny apuntando por una ventana, un coche negro, había llegado a la mansión.
— Por lo menos no trae limousine —Digo en voz alta, Dan y Rosie ríen ante el comentario, minutos después llega Aarón, el mayordomo mayor a la cocina.
—Se le pide al personal, se presente, y que este a todas horas en la sala, para atender al señor, en lo que se le ofrezca —Nos dice, Rosie suspira, Dan sonríe y yo pongo los ojos en blanco.
— Pues, vamos —Les digo, ambos asienten y salimos rumbo a la sala en silencio, por alguna extraña razón, la señora nos había formado, entonces supuse que para darle la bienvenida al señor, yo me acomode junto a las demás sirvientas, esperando el momento tan deseado por la señora.
— ¡Hermano mío! —Grita la señora, al ver entrar un individuo, alto, debo confesar, moreno, complexión mediana, semi atletica, bien vestido aunque un poco extravagante, con saco, pantalones de vestir, unas gafas y muchos dijes raros. Entonces supuse que mis amigos quizás no mentían. El hombre abrió los brazos, los cuales su hermana aceptó con mucho gusto.
— ¿Que tal? —Dijo él, me quedé pasmada, su voz era grave, muy grave, por no decir única.
— ¡Estupenda! ¡Los niños! Johnny ¿Dónde están esas cositas adorables? —Preguntó la señora, supuse que la esposa de él y su familia.
— No pudieron acompañarme, te mandan abrazos y besos. Me alcanzarán en un mes aquí —Le dice él, mientras la suelta. Ella le da dos besos en cada mejilla, sonrojándolo leve. De pronto siento un leve temblor. Miró disimuladamente a mi izquierda, y notó a mi amiga algo tensa y con una sonrisa forzada.
— ¿Ross?— Preguntó algo desconcertada. Mi amiga murmura muy quedo y temblorosa.
—Johnny—Sensual—Depp—Papito Está aquí, no lo puedo creer.
— Calma.
—No... Puedo... Autógrafo... Ahora —Dijo queriéndose mover. Instintivamente le tomé del brazo, impidiéndole así que hiciera alguna tontería.
— ¿Quieres comer Johnny? —Pregunta Debbie. Él niega un poco.
— No, estoy bien, me gustaría subir a mi habitación a refrescarme un poco —Responde, entonces camina directo a las escaleras, nosotras nos encontrábamos distribuidas a los lados. Rosie estaba temblando casi violentamente. Entonces la señora Debbie y su hermano pasaron. Él paso junto a mí, y pude notar, que su mirada se fijo en cada una de nosotras, y por una milésima de segundo, creo, más en mí, sin embargo no le di importancia, pues había llegado la hora de irse a casa.
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El pasado jamás se olvida [#1]
FanficScarlett Blackwood no era una típica joven de su edad: Todas las noches la misma pesadilla funesta sobre el homicidio de sus padres la cubría como un negro manto, y la hacía despertar, para caer bruscamente a una realidad que no estaba segura fuera...