Capítulo ocho: El final de un duro primer día.

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Salí al pasillo, antes vacío, ahora infestado de alumnos. Miraba a todos lados sin saber que hacer, para después exaltarme al sentir una mano tocando mi hombro. Me gire a ver quien era y vi al chico pelirrojo de mi clase.

 —Lo siento —Se disculpó Noah. Compuse la mejor de mis sonrisas, aunque odiara que me tomaran por el hombro. Para después aclararme la garganta.

 —No importa —Contesté sonriente. Me devolvió la sonrisa. Y después ambos miramos hacia la avalancha de alumnos.

— ¿Dónde esta tu casillero? —Me preguntó. Yo lo miré, e hice memoria, por donde me había dicho el señor Depp. Entonces recordé, que me había dado un papel con mi horario. Y la localización de mi casillero.

 —No lo sé —Contesté y saqué el papelito— Me dieron esto pero, aun no conozco bien aquí —Le dije entregándole el papel. Él lo tomó y lo examinó.

 — Esté cerca del mío —Respondió con una sonrisa— Pero no lo suficiente para hablar —Sonreí al comentario.—Ven te llevo —Me dio el papel y comenzó a caminar, yo lo seguí complacida.

No habíamos caminado mucho, pero parecía una eternidad. Los pasillos estaban llenos de personas, y pude notar como fijaban la vista en mí, eso me molestaba. Di gracias, cuando vi que por fin se detenía ante una de las muchas puertecitas azules que al igual que los alumnos, abarrotaban el pasillo, en una interminable hilera.

 — Bueno, aquí es Scar —Me indicó, poniendo una mano sobre la puerta. Sonreí agradecida.

 — Muchas gracias —Miré hacía todos lados y luego a él— ¿Dónde estas tu? —Pregunte amable. Sonrió y caminó a una distancia de cuatro casilleros a mi derecha. Suspiré, bueno no estaba tan lejos. Regresó cuando me mostró su ubicación.

 —Estás más cerca de lo que yo —Le dije. Sonrió y se encogió de hombros.

 —Para mí es algo —Responde con una mueca y después observó su reloj— Vuelvo en unos minutos, mientras explora tu casillero —Me dice. Yo le sonrío y asiento.

 — Está bien, aquí te espero —Le digo. Sonrió ampliamente y se mezcló entre la masa de alumnos. Suspiro y abro el casillero, amplio y espacioso. En blanco. Vi hacía atrás mío y observe que todos tenían decoración, representaban a su dueño. Dirigí de nuevo la vista al mío y antes de seguir inspeccionándolo, una voz terriblemente empalagosa me distrajo.

 — ¡Miren! —Exclamo Megan— Tenemos una nueva vecina ——Dijo esa chillona voz a mis espaldas. Me quejé por dentro, no era posible. Nunca pensé tener tan mala suerte. Me di media vuelta, y quedé frente a frente con ella, otras dos chicas, y el chico con el que había actuado. Como siempre, estaba sonriente, con una mirada de burla en sus ojos. ¡Como detestaba aquellos ojos! Sonreí, no le iba a dar el gusto,

 —Hola —Saludé seca— ¿Qué deseas? —Pregunté sin rodeos. Sonriente me contestó.

 — ¿Como que, qué? —Dijo frunciendo el ceño. Y volviendo a sonreír— ¡Presentarnos! Soy Meg —Dijo señalándose— Ella es Natalie —Dijo señalando a la chica pelirroja de la izquierda— Ella Kelly —Señalado a la rubia de la derecha— Y el es Thomas —Mencionó al último, señalando al joven rubio de detrás de ella. Me encontraba confundida, había sido amable. Quizás la de las ideas era yo, quizás así era ella de facciones irónicas y sarcásticas. Me relajé, e intenté comenzar de

 —¿Y tú? —Dijo Megan. Yo intenté sonreír.

 —Soy Scarlett —Respondí en un mejor tono. Sonrió y sus amigos me rodearon formando un circulo en torno

El pasado jamás se olvida [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora