CAPÍTULO 32: UN ALIADO PARA LA VENGANZA

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_UN ALIADO PARA LA VENGANZA_

Desde el momento en que Teresa dejó el país, su mente nunca dejó de girar en torno a Alexandra y Andrea. Mientras estudiaba en el extranjero, construyó una vida que, al menos en la superficie, parecía normal. Se destacó académicamente y logró establecer contactos importantes en su campo. Sin embargo, cada noche, cuando el silencio llenaba su habitación, los recuerdos de Alexandra y Andrea volvían como un torbellino que no podía detener.

Un día, mientras participaba en una conferencia de negocios, Teresa notó a una joven mujer que parecía tener la misma intensidad en la mirada que ella. Su nombre era Camila Velasco, una empresaria emergente con una presencia imponente. Ambas coincidieron en una sesión de networking y comenzaron a conversar. Inicialmente, el tema giró en torno a negocios, pero algo en la forma en que Camila hablaba con desprecio sobre ciertas personas llamó la atención de Teresa.

—La vida a veces puede ser injusta —comentó Camila con una sonrisa amarga mientras sostenía su copa de vino— Personas que tienen todo, que pisan a otros para llegar más alto, y otras que merecen más, pero terminan siendo rechazadas.

Teresa frunció el ceño, interesada. —¿Hablas de alguien en particular?

Camila dejó escapar una risa seca —¡Oh, claro que sí! Alexandra Montoya, para ser exacta. Esa mujer tiene una manera de hacerte sentir que eres especial solo para luego aplastarte sin pensarlo dos veces. Tuvimos... historia.

El corazón de Teresa se aceleró. La mención de Alexandra la llenó de emociones conflictivas: ira, pasión y un retorcido sentido de camaradería con esta desconocida. Decidió probar el terreno.

—Alexandra Montoya... —dijo lentamente, observando la reacción de Camila— También tuve mi propia historia con ella. Aunque en mi caso, el problema no solo fue ella, sino Andrea Navarro.

Camila arqueó una ceja y se inclinó hacia Teresa, intrigada —Dime más.

La conversación se volvió más intensa. Teresa relató su historia con Alexandra y cómo Andrea había arruinado todo, mientras Camila compartía su propio relato de cómo Alexandra había rechazado su propuesta de alianza empresarial de forma fría y despectiva, destrozando no solo su confianza, sino también una inversión que le había costado meses de trabajo.

—No creo en las coincidencias —dijo Teresa finalmente, con una sonrisa helada— Tal vez el destino nos reunió por una razón.

Camila asintió, sus ojos brillando con una mezcla de odio y determinación —Parece que tenemos un enemigo en común. Y si estás dispuesta, podría ayudarte a hacerles pagar.

—¿Por qué lo harías? —preguntó Teresa, entrecerrando los ojos.

Camila sonrió con frialdad —Porque Alexandra Montoya me quitó algo importante. Y si no puedo tenerlo, al menos quiero asegurarme de que lo pierda todo.

La alianza quedó sellada esa noche, con un brindis silencioso y miradas cargadas de promesas peligrosas. Ambas sabían que su venganza no sería sencilla, pero también tenían claro que estaban dispuestas a llegar hasta las últimas consecuencias.

Mientras Camila empezaba a trazar un plan detallado, Teresa sintió algo que no había sentido en mucho tiempo: poder. Por primera vez, la idea de destruir la felicidad de Alexandra y Andrea pareció algo más que un sueño febril; era una posibilidad real.

La Parada de Autobús Incorrecta  | Un Encuentro InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora