I believe in you (LectoraxJackFrost)

Proteger a la familia.

-___ espera tengo que hablar contigo...

-¡No! –Interrumpiste-. ¡Vete! ¡No quiero saber nada de ti! Me hiciste mucho daño ¿Acaso no te basto solo jugar conmigo?

Jack se quedo callado, realmente no sabia que era lo que había pasado, no sabia que sucedía. Enfureciste al no tener una respuesta de el.

-¡Lárgate! –Le volviste a ordenar tan fuerte como pudiste y lo empujaste. Jack retrocedió al ver tu reacción. Suspiraste con pesadez y tristeza mientras comenzabas a llorar-. Yo... perdí mi felicidad hace tiempo, Jack, y tu... tu solo ayudaste a hacer que desapareciera por completo –Terminaste por decir antes de darle la espalda al albino. Jack intento acercarse a ti, pero lo dudo y finalmente se fue de tu casa. Pusiste tus manos sobre tu rostro y te echaste a llorar.

Jack llego con la cabeza mirando el suelo a su casa. Los demás guardianes, a excepción de Ombric, lo esperaban.

-Al fin volviste –Tooth le abrazo al verlo. Jack medio sonrío y se aparto de ella.

-North –Se dirigió a North-. ¿Cuánto tiempo tardaremos en terminar todo esto?

-¿Por qué preguntas tal cosa?

-¿Cuánto tiempo?

-... Hasta que le quitemos ese reloj a Pitch y terminemos con todo esto.

-Entonces hay que buscarlo con mas fuerza –Jack se puso la capucha de su sudadera y se dio la vuelta-. Mientras más rápido regresemos al polo, será mejor.

-¿Hablaste con ___? –Pregunto Bunny.

Jack se quedo quieto y suspiro.

-Lo mejor será olvidarse de ella –Respondió antes de salir por la puerta de la casa.

Tooth estaba por seguirlo pero Bunny la detuvo.

-Déjalo –Le pidió Bunny a Tooth.

-Pero Jack esta...

-Tranquila –Bunny le pasó la mano por el cabello a Tooth logrando que esta se sonrojara-. Estarán bien, déjamelo a mí.

Bunny regreso a ser ese enorme pooka y zapateó el suelo dos veces creando un agujero debajo de el.

-¿A dónde vas? –Pregunto North.

-Estaré en el Santoff Claussen –Respondió para después saltar por el agujero. Cuando el agujero se cerró Bunny no tardo para estirar sus patas-. ¡Al fin! ¡Ya necesitaba volver a ser yo! Bien, tengo que darme prisa.

Bunny comenzó a correr por su largo túnel hasta que llego a su objetivo. Abrió otro agujero y salto fuera. Llego a algún lugar de Australia donde había un enorme árbol, Bunny se acerco cuidadosamente al árbol y busco un agujero, al encontrarlo entro por este y se deslizo por algo parecido a un tobogán de madera hasta llegar a un enorme lugar donde dos robots lo recibieron al reconocerlo.

-Hola Bart, hola Liz –Los saludo Bunny. Ambos robots hicieron una reverencia-. ¿Dónde esta Ombric?

-En su taller –Respondió una niña de unos 13 años con el cabello chino y cortó, tenia la piel morena y unos brillantes ojos amarillos.

-Gracias Esmeralda –Agradeció a la pequeña y camino por el enorme lugar cubierto de árboles y lagunillas. En algunos árboles había algunas casas construidas con diferentes materiales como meta, madera y roca. Por el cielo se alzaban en vuelo aves de colores llamativos y brillantes. Varios niños de entre 10 y 17 años saludaban a Bunny al verlo pasar. Bunny solo les devolvía el saludo seguido de una sonrisa-. Hace mucho tiempo que no venia por aquí.

Bunny llego a la casa mas grande de todo el lugar, estaba sobre una laguna cristalina llena de peces dorados y algo parecido a mariposas de colores brillantes.

-Buenas tardes –Saludo Bunny entrando por la puerta principal. Ombric estaba sentado sobre una hamaca tejida con hojas de color rojo.

-¡Maestro! –Ombric se exalto al verlo-. ¿Qué hace aquí?

-Necesito que me hagas un favor –Bunny se acerco a Ombric.

-¿Favor?

-Si ¿Aun recuerdas como viajar en el tiempo?

-Esa pregunta me ofende –Ombric sonrió e hizo aparecer su báculo. Bunny sonrió-. ¿A dónde necesitas ir?

-Llévame a hace tres semanas, en el instituto de Jack.

Miraste tu cuarto tirado y recogiste tu pijamaza del suelo, te limpiaste las lágrimas y te cambiaste para irte a la cama. Al sentarte en tu cama miraste el libro del rey del invierno y lo lanzaste lejos.

-Jack... Aun que esto sea así... -Susurraste mirando la ventana-. De todas formas te amo...

Te tiraste a la cama sintiéndote estúpida y miraste el techo.

-Debería alzar mi cuarto... Si... Debería...

Escuchaste como si algo crujiera en tu suelo, alzaste la mirada y localizaste a un conejo. Era Bunnymund. Saltaste y te sentaste sobre tu cama.

-Que alivio que sigues despierta –Dijo Bunny al verte-. Pensé que tendría que esperar hasta mañana.

-¿Qué haces aquí?

-Bueno, necesitaba enseñarte lo que realmente paso con Jack.

Bufaste.

-No quiero saber nada...

-Me vas a escuchar –Bunny se acerco amenazadoramente a ti y tu retrocediste un poco sobre tu cama-. Jack no hizo nada, todo fue un plan del idiota de Pitch –Bunny saco un dije que tenia forma de flor dorada y te la entrego-. Tan solo gira los pétalos.

Hiciste lo que Bunny dijo, un poco desconfiada y en ese momento la imagen apareció frente a ti.

Era Pitch, estaba mirándote desde las sombras mientras tú llegabas a tu escuela y te acomodabas en tu lugar. En ese momento Pitch tomo la forma de Jack y se acerco a ti, comenzó a hacer todo lo que te había hecho ese día, pero esta vez no veías a Jack, veías a Pitch Black.

La imagen desapareció y tu mirada regreso a tu cuarto.

-Entonces Jack no hizo nada... -Susurraste arrepentida.

-Exactamente –Bunny se sentó a tu lado.

-¿Por qué me mostraste esto Bunny? –Preguntaste-. ¿Es que no odias a Jack?

-No es que lo odie –Bunny suspiro-. No me agrada la nieve y Jack es prácticamente nieve y hielo, jamás nos hemos llevado nada bien pero... -Bunny se detuvo un momento y lo miraste-. El es parte de esta familia y una vez le prometí a Tooth que haría lo que fuera para proteger la esperanza y la felicidad de esta familia.

-¿A Tooth? –Lo miraste pícaramente y Bunny si sonrojó.

-Si... a... a Tooth –Respondió nerviosamente-. ¡Pero venga! Ve a hablar con Jack y arreglen las cosas.

-¿Eh?

Bunny se paro e hizo aparecer un agujero en el suelo de tu habitación.

-Agárrate fuerte.

-¿Qué? ¿De donde? –Preguntaste mirando a todos lados.

-Es solo una expresión –Bunny te empujo y comenzaste a caer por el agujero dando un enorme grito.