Capitolo trentuno

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Mis ojos fijándose en los intrincados tatuajes que le sobresalen de la camisa abierta en los tres primeros botones, su piel pálida resalta en el atuendo y tinta negra que adornan su piel blanquecina. 

Abro los ojos desmesuradamente, asombrado cuando revela su rostro oculto tras la máscara. 

—¡Merda Jimin! —exclama tomando mi rostro entre sus manos inspeccionando, como si alguien me hubiera hecho algo, —tú no deberías estar aquí, este lugar no es adecuado para un chico como tú. 

Frunzo el ceño, bueno, también tenía una corazonada de que no debía estar aquí… Aparte que no encajaba demasiado con el resto de chicas y chicos exuberantes de rojo que iban moviendo las caderas como si desearan atraer todas las miradas. 

Pero no se a que se refiera con «un chico como tú». 

—Un chico como yo eh… ¿Qué significa eso? No puedo estar en una fiesta tan elegante como esta… 

—Esto no es solo una fiesta Jimin… Dime quien te trajo, Strapperò la testa a quel figlio di puttana (le arrancaré la cabeza a ese hijo de puta). 

Encojo los hombros abrazando la pijita de nuevo con los labios mientras sorbo del elixir que me estaba volando la cabeza, demasiado dulce, demasiado alcohol, demasiado bueno. 

—Uhmm, cómo era que se llamaba… —tarareo —Jeilerrr, no, no, no —sacudo la cabeza negando —Jeimi… Ahh, no recuerdo. Pero se apoda Jk. 

—Jk —frunce el ceño. —Bueno, no importa tienes que irte de aquí antes de que vuelva. 

—Antes de que vuelva quien Maxky. 

Frunzo los labios, repentinamente un aura espesa, pesada y oscura se cierne sobre nosotros. Dirijo la mirada, curioso, inclinando ligeramente el cuerpo hacía el costado izquierdo de Maxky para ver al dueño de aquella imponente voz, que había logrado erizar los vellos de mi atolondrado cuerpo. 

Fuerzo más el ceño a arrugarse mientras veo al hombre de pies a cabeza, no tiene ningún trozo de piel que pueda apreciar, así que pierdo el interes y me doy la vuelta subiendo al escalón del taburete mientras sacudo el trasero al ritmo de la nueva canción lenta y a mi parecer “sensual”. 

—Me puedes dar otra —señalo mi copa al bartender quien me guiña y asiente. Me le quedo viendo al trasero, el tipo tiene mejor culo que yo, pero tal vez se lo pueda atribuir a largas horas en el gym, y yo con trabajo y hago un par de sentadillas en la escuela al sentarme y pararme de las sillas. 

—No le des más alcohol —gruñe el sujeto aquel. Lo miro mal, y vuelvo a sonreír al chico al otro lado de la barra. 

—No se quien sea este tipo, pero ponme otra por favor. 

El bartender mira de uno al otro como si estuviera en los juegos de ping-pong, parpadea, pasa saliva y asiente. 

—Lo siento, pero no puedo darte más alcohol. 

—¡¡Qué!! ¡¡pero…!! 

Bufo, de un salto bajó del taburete para encarar al sujeto enmascarado pero este ya no se encuentra a mi lado; en su lugar se encuentra Maxky quien está de vuelta con la máscara cubriendo su rostro. 

—Donde… ¿Chi è quel pazzo? (¿quién es ese loco?)

—Es mi hermano mayor. 

—Oh, el loco que mencionaste. 

Maxky sonríe de medio lado. 

—Donde se metio ese cabronazo, —lo busco con la mirada y lo encuentro del otro lado de la barra, de espaldas con la misma chica colgada de su brazo, esta vez también hay un hombre de boina quien tiene una pequeña cicatriz en la barbilla, es alto y moreno de cabello castaño claro. Cuando sus ojos me miran, puedo leer en sus labios o por lo menos es lo que entiendo que dice «cuidare su trasero» mis mejillas se encienden, paso saliva y vuelvo a mirar a Maxky. —debe ser alguien gordo, eh, la gente de verdad hace de todo para llamar su atención. 

—Algo así. 

Sonríe nervioso, pasando su brazo por mi cintura, acariciando con sus delgados dedos calientes sobre la tela traslucida de la camisa, mientras caminábamos hacia la salida, listos para dejar atrás la fiesta… y tal vez iniciar la nuestra. 

Suelto una risa por los dedos que siguen acariciando mi piel sensible y algo gracioso que ha dicho Maxky. 

—Y así de fácil crees que te lo llevarás —dice alguien en tono burlón.

Maxky se detiene, alza las manos «¿porque está alzando las manos?» como si tratara de demostrar que es inocente. Y se da la vuelta con una lentitud. Siguiendo su movimientos, me giro lentamente para ver quién había hablado, y mi corazón se detiene al ver a Jk apuntando con un arma corta directo a la nuca de Maxky. El sonido metálico del seguro del arma al ser botado es como un golpe en el estómago.

«Lo va matar» es lo primero que pienso, cuando Jk, presiona el arma ahora contra la frente de Maxky. Logrando que este se mueva ligeramente hacia atrás sin dar un paso. 

Abro enormemente los ojos, mi pecho subiendo y bajando con violencia en cada respiración. ¿Que está pasando? 

Maxky se mantiene quieto su rostro inexpresivo, como si esta no fuera la primera vez que alguien le apunta con un arma.

¿Pero porque no está suplicando por su vida…? ¿porque no está haciendo nada? O sera que si es culpable y solo esta aceptando su final… 

¿Qué tipo de persona es realmente? 

—¡Baja el arma! —exclamó en un susurro tembloroso. 

La mirada de Jk se ve distinta, mira con tal odio a Maxky, que temo por su vida. De pronto su risa resuena por el recinto, incluso a través de las ondas musicales, su sonrisa cruel y despiadada no titubea en ningún minuto. 

—No creo que pueda hacer eso —dice, con la voz baja y amenazante.

—No te preocupes Jimin, este canalla no puede apretar el gatillo. Le faltan los suficientes para poder hacer lo que dice. 

—No me provoques mocoso. Tu hermano no está cerca para defenderte. 

—No ocupo de nadie para qué me defienda, yo si tengo los suficientes para acabar contigo y todos ellos —hace un movimiento con la cabeza señalando a los escoltas de Jk que nos apuntan. 

—Basta por favor… Jk tú… —doy un paso, pero la mano de Maxky sale disparada tomándome por la muñeca para que no siga avanzando. —Me trajiste aqui porque querias tener sexo conmigo no, entonces, deja en paz a Maxky y tendremos sexo. 

La nueva sonrisa que me muestra es aterradora, y sin despegar la pistola de la frente de Maxky me arrastra con la mano libre hasta su lado donde me envuelve con un abrazo. 

—Los hermanos lo comparten todo, no. También merezco un poco, no crees. 

Deja un beso en mis labios y empezamos a caminar mientras sus escoltas se aseguran que Maxky no nos sigue. 

Las personas que se han detenido a ver el espectáculo, murmuran, susurran pero nadie hace nada. Nadie está grabando para documentar lo que ha pasado ¿alguien ha sacado un arma y amenazado a otra persona y aun así nadie hará nada?

—Nadie hará nada —oigo decir en voz baja a alguien.

—Son cuestiones familiares, nadie puede hacer nada. 

Muerdo mi labio, Jk sigue con el arma en su mano mientras salimos al estacionamiento. 

Tengo miedo

No quiero irme con él. 

Sin previo aviso, gruesas y calientes lágrimas ruedan por mis mejillas, el corazón me late tan aprisa que temo me de un infarto. 

—Deja de lloriquear Jimin, te prometo que te follare tan bien como mis hermanos. 

Ni siquiera prestó la suficiente atención a lo que me ha dicho, solo dejo que me siga arrastrando entre los coches hasta donde se encuentra en el que llegamos. 




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