Una gota de agua cae desde mi cabello húmedo, consumiéndose en el papel del sobre. Cierro los ojos tratando de calmarme un poco. Mi cuerpo está temblando de cansancio y ansiedad, mi mente llena de preguntas y temores. No sé en qué me he metido, pero mi instinto me grita que no es nada bueno…
Fue una mala idea entrar a esa aplicación.
Trato de respirar profundamente mientras me dirijo al pasillo de la habitación. Al salir, veo al chico de la limpieza, que está apoyado en su carrito mirando hacia el otro lado del pasillo como si alguien acabara de salir. Su expresión es neutral, pero hay algo en su postura que me hace sentir que está esperando algo o a alguien.
Me pregunto si él podría saber algo sobre el sobre y el mensaje críptico que contiene. Me acerco a él, tratando de parecer lo más casual posible.
—Disculpa, —llamó su atención —¿Has visto a alguien sospechoso por aquí?
El chico de la limpieza me mira con una expresión nerviosa, entrecerrando los ojos como si estuviera tratando de recordar algo. Se detiene un momento para esponjar una almohada antes de dejarla en su lugar sobre la cama.
—No, joven, solo a su acompañante —responde de manera nerviosa.
Me sorprende su respuesta, ya que el señor Miel salió hace bastante tiempo, lo que es imposible que él lo haya visto en la habitación.
—¿Mi acompañante? —pregunto, confundido. —Pero si el señor Miel salió de la habitación desde hace rato, y la firma del sobre dice JK.
Murmuro para mí mismo.
El chico de la limpieza se encoge de hombros.
—Si, joven, el señor con quien estuvo en la habitación.
—¿Viste su rostro? —pregunto, tratando de obtener más información.
El chico niega con la cabeza.
—No, joven. Vestía de negro, un traje de buzo completo y prácticamente se cubría la cara. Hace una pausa, recordando. —Le sobresalian tatuajes por el cuello y un par en la cara.
—¿Estás seguro que no viste nada más? —insisto, tratando de obtener más detalles.
El chico negó de nuevo con la cabeza. —No, joven. Bueno, tal vez tuviera unos treinta o menos años.
—Gracias —le digo, asintiendo pegó el sobre a mi pecho sintiendo los latidos en aumento.
El estómago se me encoge conforme camino hacia la puerta de salida, como si estuviera anticipando algo malo. Tengo hambre, pero son más los nervios que golpean mi vientre constantemente, haciéndome sentir incómodo y ansioso.
Al salir al exterior, el cielo me sorprende con un atardecer espléndido. Las tonalidades naranjas y rosadas se extienden por el horizonte, creando un paisaje impresionante. El sonido del oleaje de fondo es como una melodía que me envuelve, pero no logra calmar mi ansiedad.
Miro hacia todos lados, buscando a alguien sospechoso mientras avanzo por el solitario camino a orilla de la playa. La soledad del lugar me hace sentir vulnerable, y mi corazón late más rápido con cada paso que doy. Me pregunto si alguien me está siguiendo, o si el sobre negro fue solo una amenaza vacía. Pero la incertidumbre me mantiene en alerta, y sigo adelante con cautela.
En el transcurso al hotel mandó un mensaje a Auron quien ya me esperaba en la salida de este.
Tal vez le avisó el secretario que… Ya habíamos terminado.
Pensar en ello me hace sonrojar furiosamente.
Llegando a la salida del lujoso hotel encuentro a Auron de espaldas con el celular pegado a la oreja y nuestras maletas a sus pies.
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virginidad en subasta
Teen FictionAconsejado por el hermano de su mejor amigo Jimin decide subastar su virginidad al mejor postor en una app privada y popular, Prinsescort; donde los más ricos y depravados suelen pujar por una noche con algún jovencito desesperado por su situación e...