-¡QUE SIGA LA FIESTA BASTARDOS!.- Gritó un chico en medio de la multitud, en modo de respuesta todo el mundo respondió de la misma forma. Me meneaba de forma sexy, nada prudente en las caderas de Leonardo mientras que él en modo de respuesta me pegaba hacia su cuerpo,haciendo que mi corazón se acelerara y mis ganas se incrementaran, el chico rubio que bailaba conmigo besa mi cuello, acompañando después una mordida, no aguantaría más y apenas eran las 12 de la mañana en donde la fiesta apenas comenzaba; seguía con su tortura, me tocaba los muslos, costillas, yo sólo respiraba un poco más acelerado de lo normal; cuando éste sabía que me iba a mover,me apretaba, pasé mis manos por su cabello ligeramente húmedo sin darme la vuelta, buscando su boca, al entender mi señal me dio la vuelta pegándome contra la pared, besándome, mordiéndome, saboreándome vorazmente, luego, fue por mi oreja, mordiéndo, solté un gemido.
-Te quiero hacer mía.-Susurra contra mi oído, suspiro, no digo nada, sólo me concentro en lo próximo que hará y en mis palpitaciones intravenosas, de repente, me agarra por la mano conduciendome a no sé donde, simplemente sabía que mis ganas exageradas con ayuda del alcohol nublaba todo pensamiento racional de mi, siento una puerta abrirse por delante de mí y luego cerrarse por detrás. Ya estando adentro, vuelvo a sentir su boca, sus manos tocándome, desesperadamente, buscando el final de mi vestido, lo ayudo, en un dos por tres ya está dentro de mí, gruño ante la repentina sensación, aun no me acostumbro a la primera vez que entra en mí, es como si todavía me quitara la virginidad, sin embargo, ese ligero dolor se disipa totalmente cuando comienza a moverse, el placer emana rápidamente, mis uñas lo apretan contra mí, mis gemidos presentes no podían faltar al igual que su respiración entrecortada también.
-Leonar....- Respiro.-Leonardo,hm, más rápido, por favor.- Suplico mientras que mis manos lo aprisionan aún más.
-No, no, te quiero sentir, quiero que seas mía.- Me susurra en la oreja donde la sangre me hierve del calor, las ganas corriendo por mi vientre, sigue a su ritmo, poco a poco la sensación se hace más fuerte, en donde en un momento a otro siento que el orgasmo vendrá a mi.
-Acaba para mi, pequeña.-Me ordena, sin esperar tanto, el clímax llega, como un volcán en erupción, gimo tan fuerte que por la sorpresa, Leonardo tuvo que tapar mi boca, aquel al escucharme llega conmigo.
-Man, cada vez me matas mas.- Suspira mi chico, mientras que yo aun no digo nada.
-¿Todavía recuperándote niñita?.- Insiste risueño
-Hmmju.- Respondo cansada, luego alguièn abre la puerta, me sobresalto, despertando de golpe, era una pareja que al parecer también tenían las mismas intenciones como nosotros hace minutos atrás ya que parecían devorarse con la boca, me alivió el saber que por lo menos el vestido me lo había bajado.
-Bueno, todo suyo chicos.- Les digo saliendo del cuarto misterioso ya que ni sabía que era, sí un baño, un deposito, una habitación, en fin, podía morir feliz. El alcohol había bajado un poco, así que la fiesta podía seguir.
-Vamos preciosa.- Me dice Leo llevándome a la pista, me reúno con Yessica y Verónica
-¿Dónde estabas metida tu sinvergüenza?.- Me regaña juguetona en mi oído mi prima
-Tú sabes, el deber llamaba.- Me encojo de hombros mientras le guiño un ojo, las tres comenzamos a saltar y gritar con nuestra canción favorita Héroes de Alesso y cantamos a toda voz.
Everyday people do,everyday things but I can't be one of them, I know you hear me know, we are a different kind, we can do anything.
Y ahí venia, nuestra mejor parte, ambas nos miramos y sonreímos.
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Let the party begin mother fuckers (Editando)
Подростковая литератураMy life is a Mess and I need some descontrol