Una luz brillante me molestaba los ojos, los abrí lentamente haciendo que un dolor intenso se cruzara por mi cabeza, me protegí de la luz con la almohada, gruñendo del frustrante y al parecer constante dolor por las mañanas, me levanté de golpe haciendo que me diera un intenso mareo, recobré la compostura, observè hacia la puerta, mi cabeza me martilleaba horriblemente, sentía como si me estuvieran taladrando el cerebro, algo de lo que he aprendido en mis dos o tres resacas es que no es nada divertido, te sientes asquerosa, sudorosa, con el maquillaje pegado en la cara, los ojos casi no te abren por el rimel pegado en tus ojos, la cabeza disuelta en dolor, el estomago revuelto, en resumen te sientes mal. Me levanté cuidadosamente, me percaté de mi estado en el espejo que se encontraba encima del lavamanos y mi cara era la misma cara de amanecida. Destruida, suspiré para luego enjuagarme la cara con agua y jabón, trencé mi cabellera negra, salí del cuarto y escuche una voz procedente de la sala, por un momento llegué a pensar que mis padres habían llegado antes y que habían presenciado todo el desastre que se encontraba en la casa, sin embargo me di cuenta lo psicociada que estaba al ver la televisión prendida, siendo algo extraño, ya que no había alma alguna en la sala.
Me serví café en mi taza favorita mientras me regocijaba al sentir el líquido dulce y caliente que bajaba por mi garganta, luego de volver al plano de la realidad, pude notar que la casa estaba vuelta un desastre, perdí la cuenta de cuántas personas habían llegado anoche, sentí una vibración de mi celular.
Carlos: Todavía andas molesta?.- Rodé los ojos con fastidio mientras guardaba el aparato inteligente
Carlos: Se que estas ahí... Te acabo de ver en linea.- Suspire resignada mientras me dedicaba a contestar
Carla: No...
Carlos: Entonces por que no pensabas en contestarme.
Carla: Por que estoy ocupada.
Carlos: Haciendo?.- Carla respira... Tranquilízate y respira
Carla: Carlos... Basta
Carlos: Bueno... ¿que tienes? has estado rara últimamente.- Me hice una nota mental y recapitule en la decisión de seguir con la rara relación que llevaba con mi mejor amigo
Carla: Nada... Tu sabes, los mismos sentimientos raros de siempre.- Carlos me conocía más que nadie y sabía que en ciertas ocasiones me ponía con un humor extraño en donde podría decirse que tenía ganas de matar a todo el mundo y solamente lo demostraba con apatía para no ir presa por homicidio, pero este no era e caso, yo no quería matarlo, me quería matar a mi misma por forzarme a sentir algo que simplemente no florecía.
Carlos: Hm.. bueno esta bien, quieres ir hoy por un helado?
Carla: Me gustaría Carlitos pero es que estoy cansada y tengo que arreglar la casa.
Carlos: Cierto... La casa, quieres que vaya a ayudar?
Carla: No, no, esta bien tonto yo puedo sola mas tarde hablamos
Carlos: Esta bien, te quiero.- Bloquee mi celular de forma rápida mientras me tocaba la frente y el pecho a modo de detener mi adrenalina, en ese instante siento unas manos por detrás de mi haciendo que mis pulmones subieran a mi garganta.
-¡Bu!.- Aparece Verónica por detrás de mí con su típica sonrisa malévola
-¡JODER! me asustaste hasta la mierda.- Exclamo mientras la fulmino con la mirada
-Hey, cálmate, que te sucede.- Frunce el ceño ante mi expresión demacrada, supongo, pienso unos milisegundos antes de contestar.
-Ah... Nada.- Respondo mientras me apresuro a tomar un pan de la alacena
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Let the party begin mother fuckers (Editando)
Novela JuvenilMy life is a Mess and I need some descontrol