36.- Siendo perra

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Todo pasó tan rápido, flash backs en mi cabeza, mis lágrimas eran descontroladas, sentía que iba a explotar en muchos niveles, de rabia, de indignación, de tristeza pero más que todo de traición, gran traición por parte de dos personas que eran lo más importante en mi vida. El corazón dolía, mis ojos ardían, mi mejor amiga, no tanto por Leonardo porque al fin y al cabo tampoco era que llevara toda la vida con él y era un chico que no me sorprendería que fuera tentado y me hubiera decepcionado, sin embargo, lo que más me ha dolido de todo esto es Yessica. Amiga que yo juraba con todo el alma confiar, que daba hasta mi vida por ella porque según era una persona incondicional, pensé.... pensé, que ella no era de esas ¿saben?, pensé que sus palabras en los años anteriores de consuelo, de risa, de todos esos recuerdos eran reales y no simplemente actuaciones de papel y mentira, que cuando me decía que íbamos a ser amigas para siempre iba en serio que cuando me cuidaba de un mal amor, de una enfermedad pasajera lo hacía con todas las intenciones verdaderas del mundo, ahora... me doy cuenta que eso era mentira, que a pesar de ser tan linda conmigo y me encubriera con muchas cosas, no era totalmente verdadera, que me podía apuñalar por la espalda si tenia la oportunidad, ah y la tuvo...

Ayer, fui a casa de Leonardo, darle una sorpresa, quería pedirle disculpas por estar tan paranoica con él y Yessica pero debía entender que lo amaba mucho y que me dolería si me llegase a dejar. Llamè a su puerta pero nadie contestó, intentè abrir el pomo de la puerta que para mi sorpresa no estaba con llave, entré con naturalidad ya que no era mi primera vez en esa casa, subí sigilosamente las escaleras esperando encontrarlo, comienzo a escuchar sonidos raros y desde esos instantes, desde esos segundos, mi corazón comienza a latir con increíble velocidad, al acercarme a su habitación los sonidos aumentaban, no quería imaginar lo peor, quería imaginar que estaría viendo alguna porno, no quería pintar en mi cabeza la imagen que, no obstante me encontré allí, plantada en su cama. Yessica con las piernas abiertas mientras lo agarraba por el cabello con tal fuerza, tal como yo lo hacía al tenerlo sobre mi pecho y su rostro en mi cuello, la única que me vio fue Yessica y ¿saben lo que hizo al verme?; me sonrió, así nada más... no pretendìa levantarse arrepentida, fingir que todo esto era un error, que no debiò suceder, que fue débil como ser humano, disculpándose y rogando mi perdón, ya que lo que hacía, no era una artimaña, un juego, como de quitarme un simple caramelo, sin embargo, de todo lo que imaginè que harìa, nada de eso sucediò. Se quedó ahí, mirándome, su sonrisa, sus dientes, el placer que me imagine que sentía era tan doloroso que ni tengo palabras para dar alguna explicación, al darme cuenta que solamente se iba a quedar allí, ojeandome sin màs, me ahorre el trabajo de hacer alguna escena, con toda mi dignidad y orgullo por el piso me fui con la cabeza en alto, atravesando esa puerta, sabiendo que desde ese día, me daba cuenta de muchas cosas y que al parecer el karma solamente estaba haciendo su trabajo conmigo pero de una manera más atroz y vengativa.

Me sentía... Desolada un inmenso vacío en el pecho, algo inexplicable, solamente querìa desaparecer los recuerdos, suprimir y borrar los sentimientos como pudiese. Aunque mi prima hacía intentos repetidos de consolarme, yo en verdad no quería creer en nadie, solo necesitaba estar sola, falte una semana a la secundaria, les daría el gusto de que no me vieran y supieran lo afectada que estaba pero tampoco me podía permitir que me vieran en tal estado de negligencia. Aunque... Ocurrió una revelación en mi, se me prendió el foco y las ideas surgieron, ¿me iba a lamentar yo toda la vida? ¿sería miserable para siempre? ¿no iban a saber más nada de mi por dejar de ir al instituto?, no estaba para nada bien, no quería seguir dándoles el gusto de mi desgracia por lo que me propuse a tomar cartas en el asunto, ya esta no sería la antigua Carla, esta iba a ser una Carla tan radical y tan diferente que la gente se aplacaría incluso con mi presencia, tenía que dejar de ser tan estúpida de una vez por todas, tenía que ser tan fuerte como una roca y ruda con la gente en donde nunca daría a demostrar que alguna vez me llegaron a hacer daño.

Let the party begin mother fuckers (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora