Let the party begin mother fuckers (Editando)

25.- Perdiendo la calma

-¿Qué carajos fue eso?.- Pregunta conmocionado, pasando la sorpresa de mi nada delicada cachetada.

-Te acuestas con una rubia, después de nuestra pelea y¿ luego vienes a mi casa a besarme como si nada? ¿quién carajos te crees?.- Exclamo irritada.

-¿me acuesto con una rubia? ¿pero qué coño estas hablando? ¿o de quién?, te recuerdo que yo no fui el que estaba contigo y con otra chica al mismo tiempo.- Eso fue un golpe bajo, muy pero muy bajo.

-Te pasaste, ¿para que vienes si me vas a sacar las cosas en cara imbecil?.- Ya mi paciencia y fuerzas se estaban agotando

-Porque tu empezaste acusarme de algo que ni tengo idea.- Me responde con la misma rudeza que yo

-Tu no esperaste ni un dia de estar alejado de mi, para irte con una perra, eres un cabron descarado, tu foto de perfil de whatssap, con una rubia teñida, no puedes decir que son solo amigos porque ella te tenía bien agarrado y cerca en esa maldita foto.- Mis lagrimas de enojo y desesperación querían empezar a desvanecerse sobre mi rostro, sin embargo, no le podía mostrar debilidad ahorita, no podía desmoronarme simplemente.

-¿Qué?, esa es la novia de mi mejor amigo y él fue quien nos tomo la foto y si no me crees puedo darte su número para que tu misma lo llames, Carla por dios....- Cada palabra que decía era como un chiste sobre mi cara, mi cólera nublaba mis sentidos comunes, la racionalidad ya no existía, en ese momento lo único que quería era que se fuera de mi casa.

-Ah... O sea que tu mejor amigo deja que su novia te agarre de manera tan bonita, me encanta la confianza que ambos se tienen.- Dejo salir las carcajadas de sarcasmo.- Leonardo, creo que no llegaste en un buen momento asi que preferiria que te fueras de mi casa.- Sentencio molesta.

-Y de paso me echas de tu casa, cuando yo mismo vine a estar contigo de nuevo... sabiendo todo lo que me hiciste, a pesar de que no te haya parecido gran cosa, sin embargo me importo una mierda y quise venir a buscarte, porque te extraño, porque yo...-La oración quedó en la nebulosa y no termino de hablar, dándome la intriga de todo.

-¿Tu qué?.- Pregunto ahogada, ya las lagrimas comenzaron a caer.

-Carla es que no lo ves, TE AMO MALDICIÓN, te amo, te amo, estoy enamorado de ti, de ti y de nadie más, te quiero solo para mi, no quiero que ningún otro chico se te acerque o te diga cosas lindas porque para eso estoy yo.- Se me acerca abruptamente para agarrarme la cara.- No quiero besar otros labios, no quiero abrazar a otra persona que no seas tu y sé que suena demasiado gay en la vida lo que te estoy diciendo pero si para yo estar enamorado completamente de ti soy un gay, entonces soy el marico más grande de todos los homosexuales de la tierra; y anoche me que hayas dicho lo que me dijiste, mi rabia fue tan grande que quería buscar yo mismo a Carlos y romperle la boca, tu eres mia, mierda.- Mi llanto comenzó y ni siquiera sabía porque lloraba, debía estar feliz.

-Pero ¿quién es la chica Leonardo?.- No iba a dormir tranquila sabiendo que alguien más lo abrazaba de tal forma.

-Es la novia de mi mejor amigo, te lo juro, si... si quieres lo llamo, ¿quieres que lo llame?, lo llamare.- Sin dejar que respondiera, sacó su celular para comenzar a marcar números.

-Leonardo... Déjalo estar te creo.- Le arranque el aparato de las manos.- Quiero que ambos seamos sincero ¿sabes? no quiero perderte, disculpame por todo enserio, pero no sabía que estaba haciendo.

-Shhh.- Éste me impide el habla con la yema de sus dedos acariciando mi boca.- No importa ya eso, ya lo pasado es pasado y si tanto te molesta la foto la quito o la elimino, lo que tu quieras, sólo quiero que entiendas que te quiero es a ti, a ti solamente, para toda mi vida.- Sin esperar a que dijera otra palabra alguna me abalance sobre él como si no lo hubiera visto en días para devorar su boca como si fuera un rico manjar, las ganas era extremas, el amor que sentía y siento también eran de gran magnitud. Rápidamente lo llevo a mi cuarto, cierro la puerta con seguro al estar dentro de aquel, no quería esperar más tiempo, me hacía demasiado feliz saber que no era la única que lo necesitaba en mi vida; apenas al estar a unos centímetros del chico rubio, me vuelve a besar apresurada y descontroladamente, suelto gemidos cada vez que mordía mis sensibles labios y me desmoronaba cada vez que se desesperaba en tocar mi espalda buscando la manera de librarse de mi blusa.